023. El Festival II

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Ambos se despidieron de la joven pelinaranja.

Caminaron a paso rápido por el bosque en busca de una salida.

Por la mente de Hanagaki sólo pasaba algo: venganza.

Estaba muy molesto, y se había decidido en detener de una vez por todas a Kiyomasa.

Por otro lado, su compañera no pensaba en esas cosas.
Una obsesión por encontrar a su amigo de trenza surgió dentro de ella. Sentía que el no verlo le iba quitando poco a poco el oxígeno de los pulmones.

La lluvia no se detenía y su vestido ya estaba completamente pegado a su cuerpo.
Takemichi evitaba quedarse mirándola, sería irrespetuoso, sin embargo a ella no parecía importarle, su mente estaba claramente en otro lado.

—¿escuchaste eso? —la joven se detuvo en seco—

Era el sonido de una moto.
Michi se giró y también lo vió.

Delante de los dos apareció Mitsuya.

—¡Mitsuya! —Ayame corrió hacia él y lo abrazó. Este se sintió extraño pero devolvió el gesto con afecto. Presionó levemente la cabeza de ella contra su cuello. En seguida notó sus ojos rojos; había estado llorando y mucho— escucha, van a atacar a Draken, tenemos que movernos, ¡él corre peligro!

A Takashi le sorprendió el temor de la chica por el blondo.

Perdón, ¿en qué momento se habían hecho tan unidos?

—si, lo sé. —apagó el vehículo y su expresión cambió cuando ella se alejó—

—¿tú también lo sabías? —el ojiazul se apresuró a alcanzarlos—

—¿tú también?

—Kiyomasa va a...

—pelear, si —terminó la frase de Michi—

El de cabello violeta se bajó de su moto.

—Mikey quería pagar para sacar a Pah de la cárcel, pero Draken se opuso. —miró de reojo a la castaña—entonces fue cuando ellos quisieron que eligieras... —esa frase le puso los pelos de punta a la contraria—
Dime, ¿cómo fue que conseguiste que dejaran de pelear cuando ni siquiera nuestros capitanes lo lograron?

La ojiverde recordó entonces aquel día.
Cuando salió de la heladería con Mikey y Kenny, además de Mitsuya.
Ella al principio pensó que ambos se reconciliarían por sí solos, pero cuando la famosa pregunta surgió, en su mente se cruzaron algunos cables y la pusieron de mal humor también.

—bueno, pues...—el rubio se rascó la cabeza, haciendo volver las imágenes de ese día a su mente. Al final terminó divertido. Nada malo pasó; y todo gracias a él—

—te lo agradezco. Si no fuera por ti, habría sido el final de la Tōman en definitiva. —su voz se oía calmada, como la mayor parte del tiempo—

—ay, no digas eso —se sobó la nuca con vergüenza—

—es la verdad, bobo —la chica le dió un pequeño codazo al blondo— eres tan humilde...

—al final después de todo...—bajó por un momento la mirada—

Notó que el de cejas rasgadas miraba por encima de su hombro.

—¿qué ocurre? —se giró viendo una moto verde de modelo extraño—

—lo sabía, esa es la moto de Peh-yan.
Gracias a ti, casi todos en la Tōman, llegamos al acuerdo de que no se podía hacer nada al respecto sobre el arresto de Pah-chin. —se volvió a
Takemichi—
La única excepción es Peh-yan.

𝓟𝓮𝓻𝓭𝓲𝓬𝓲𝓸𝓷 卐 𝐓𝐎𝐊𝐘𝐎 𝐑𝐄𝐕𝐄𝐍𝐆𝐄𝐑𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora