029. Ellos están bien

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La pelea continuó mientras Draken sostenía el cuerpo inmóvil de su amiga.

Takemichi la miraba horrorizado, la maldita ambulancia no llegaba, y ya no era un herido de gravedad, sino dos.

El de tatuaje estaba entrando en pánico.
Había conseguido arrancar un pedazo de su camiseta para comprimir la herida y detener el sangrado.

En un corto lapso de tiempo, el bonito color de sus mejillas había desaparecido y ahora se le veía pálida.

Al blondo le temblaban las manos, mientras con una le acariciaba el rostro, y con la otra sostenía la porción de tela, ahora empapada en sangre.

Su corazón iba a mil por hora. Sabía que si tuviera las fuerzas la llevaría en brazos al hospital, pero el hecho de que estaba sentado en el suelo, con la castaña en su regazo, lo hacía querer quedarse así para siempre. No sentía su cuerpo y tampoco tenía fuerzas. Había dado lo mejor de sí esa noche, y ahora además de sentirse mal físicamente, la culpa de saber que su amiga había sido noqueada al tratar protegerlo lo concomía.

—¿por qué tienes que ser tan terca? ¡¿Por qué?!

Apretó los dientes mientras escuchaba los lamentos de Takemichi.

Sus amigos se estaban enfrentando valientemente a los traidores de la Tōman, mientras los dos blondos trataban de mantenerse despiertos por el cansancio.

—mira a Yami...ella está ahora muy mal por protegerte...por tratar de defendernos...—no pudo evitar toser por el ardor en su garganta— Mikey me pidió que cuidara de ella...—apretó los puños— y mira cómo está, yo debí cuidarla, yo debí hacer más...¡soy un imbécil!

Gritó con furia mientras lloraba.

—desde que llegué aquí nada me ha salido bien...
—por su mente pasaron los malos momentos que había pasado en aquella época. Cuando vivía bajo el tirano de Kiyomasa, o lo ocurrido con el conflicto de Moebius—

Akkun gruñó al escuchar los lamentos de su amigo.
Él sabía que Takemichi era un bebé llorón, pero nunca le había faltado firmeza y seguridad en sus palabras y acciones.

El pelirrojo estaba sangrando pero aún así se levantó.
Repitió las palabras que había mencionado su mejor amigo cuando peleó con Kiyomasa el día que conoció a Mikey.

Alentó a sus compañeros, los cuales rieron con complicidad y se pusieron en posición para continuar peleando.

Los enemigos estaban asombrados de ver tanta confidencia entre aquellos jóvenes.
Ellos sin duda tenían algo que esos tontos jamás podrían siquiera imaginar.

Unidad, por supuesto, además de confianza por sus amigos.

Para suerte de los otros, sirenas pronto se hicieron escuchar a lo lejos.

—al fin...

Draken bajó la mirada a la muchacha y sonrió con tristeza. Su semblante cada vez se veía peor.

—vas a estar bien...—susurró— te lo aseguro...tú vas a estar bien...y volveremos a estar juntos...—la besó en la frente repetidas veces sin importar manchar un poco sus labios de sangre— aún te debo un paseo en moto, e ir a la nueva heladería con Mikey...—su expresión cambió a dolor cuando sintió el pulso de la joven debilitarse. Quien sabe lo que pudo haberle causado aquel golpe— debes aguantar...debes aguantar...solo un poco más...

—oh no, ¡la policía!
—exclamó uno de los trajeados de negro—

—¿qué haremos?
—preguntó otro con temor—

𝓟𝓮𝓻𝓭𝓲𝓬𝓲𝓸𝓷 卐 𝐓𝐎𝐊𝐘𝐎 𝐑𝐄𝐕𝐄𝐍𝐆𝐄𝐑𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora