008. ¿Pasado o Futuro?

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año 2005, en el "presente"

Esa tarde, al regresar de la escuela, la joven Ayame no había tomado el bus escolar. Había preferido ir con sus dos amigos, Takemichi y Hina; en el metro.

Como siempre, andando con caramelos o chocolates, le ofreció a sus compañeros y se sentó en un lugar libre a comer su dulce.

Pocos minutos después, una señora de avanzada edad ingresó al transporte. Llevaba consigo varias bolsas de compras las cuales parecían que se iban a romper en cualquier momento.

—¿quien compra tantas cosas a estas horas de la tarde?

Se preguntó ella, mirando discretamente a la mujer.

—¡hola! —saludó con entusiasmo mientras se levantaba— buenas tardes, señora.

—oh, hola linda, ¿cómo estás? —la mayor sonrió—

—excelente, muchas gracias, pero por lo que veo, usted necesita ayuda. Permítame. —con un gesto de su mano, le pidió a la mujer que tomara asiento. Luego, cargó las bolsas y las acomodó junto a su dueña—

—vaya, que considerada eres —la castaña sonrió de regreso— quedan muy pocas personas como tú en este mundo...irradias luz con tu sonrisa. —le palmeó suavemente el hombro a la jovencita—

Un leve sonrojo debido al halago se asomó de sus ya rosadas mejillas, y con un asentimiento ligero, se alejó un poco y se ubicó cerca de la puerta de salida.

(...)

Un no muy largo rato después, los tres jóvenes habían llegado a la estación.

Ayame caminó lentamente hacia sus dos amigos, sin embargo, al estar delante de la puerta, una cabellera negra le llamó la atención. Era larga, y brillante. No le recordaba a nadie, ni siquiera sabía si le pertenecía a un hombre o a una mujer. Solo, llamaba de una forma extraña su atención.

—¡Ayame! —exclamó Hina, al ver que las puertas se habían cerrado, con su amiga dentro—

—ay no...—un suspiró salió de su labios, y con una mueca se despidió de Hina con la mano—

Y aún estando en aquella situación, no dejó de buscar con la mirada a aquella persona.

—¿en donde se metió?

El tren comenzó a moverse, alejando a la joven de sus amigos, y de aquel o aquella extraña.

La castaña le envió un mensaje a su amiga, para que no se preocupara. Le dijo que tomaría el tren de regreso o simplemente caminaría un poco. De igual forma, nadie la esperaba en casa.

(...)

Los minutos pasaron, y ella seguía caminando.
Luego de lo ocurrido en la estación, se "prometió" no volver a embobarse con el pelo de las personas en el metro.

Siendo sincera, aquello había sido muy raro.
Por más tonto que fuera, ella no halagaba el cabello de nadie, solamente el suyo. Y la verdad, no había una razón específica.

—tengo hambre...—susurró para sí misma—

Unos pasos más adelante, vió un puesto de comida y no dudó en correr hacia él.

𝓟𝓮𝓻𝓭𝓲𝓬𝓲𝓸𝓷 卐 𝐓𝐎𝐊𝐘𝐎 𝐑𝐄𝐕𝐄𝐍𝐆𝐄𝐑𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora