031. La muerte es impredecible

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—¡Hanagaki, ven acá y dame un abrazo pequeño llorón! -la castaña lo envolvió con una sonrisa y lo abrazó con fuerza—

—¡Yami! ¡Que bueno es verte! Aunque olvidaba que en el futuro eras más alta
—se rascó la cabeza al tener que levantar un poco la mirada para verla a los ojos—

—jaj, no cambié tanto, es un alivio.
—la atención del rubio se fue al tatuaje de la joven—

—se ve increíble.
—sonrió él—

—¿verdad que si? Es genial y siempre lo será sin importar la época o año en el que estemos.
—miró con nostalgia aquel dragón. Ese que le recordaba tanto a una de las personas más importantes de su vida— como sea
—cambió de tema—
Naoto mencionó que tenía una sorpresa para mí.
—lo miró—

—así es, y para Takemichi también.
—les hizo un gesto a ambos para que entraran en el auto— vengan

[. . .]

Mientras el vehículo se movía todos pensaban en cosas distintas.

Ayame iba mirando su tatuaje. No paraba de pensar en Mikey y Draken.
Quería verlos con ansias, pero por el momento debía actuar normal frente a sus amigas y no tratar de presionar a Naoto y a Takemichi.

Ellos seguirían con sus vidas, siendo felices, pero ella tenía prioridades de apellidos Sano y Ryuguji.
Debía volver con ellos y ese era su más grande deseo.

—bueno, ya se lo había comentado a Takemichi, pero quiero que lo sepas desde ahora.
—comenzó el pelinegro—
Iremos a ver a mi hermana
—sonrió en grande—

La castaña hizo una mueca de alegría.
Estaba emocionada, si, pero debido al conflicto en su mente y todos los pensamientos que tenía, no sabía cómo reaccionar.

—me alegro tanto, chicos.
—los miró a ambos— no puedo esperar para abrazar a esa calabacita.
—rió ella, dándole ternura a los dos muchachos—

—ya falta poco.

Naoto mencionó que luego de investigar, el conflicto que le había arrebatado la vida a Hinata ahora ya no existía. Era como si nunca hubiera pasado, y la joven Tachibana se encontraba a la perfección.

—es bueno saberlo.
—asintió ella—

—debo admitir que no pensé que lo lograrías
—miró a Michi con una sonrisa—

—¿ehh? ¿Qué insinúas?
—el rubio lo miró mal—

—pues...descartando a Ayame, eres un desastre, Takemichi.
—se rascó la nuca aún riendo—

—oye, ¿buscas pelea?
—un risueño pero furioso Hanagaki levantó el puño mirándolo—

La ojiverde sólo podía reír ante aquella escena.

Veía la emoción en los ojos azules de su amigo. Él estaba verdaderamente feliz por poder ver a su querida Hina otra vez.

—llegamos
—avisó el menor bajando del auto—

—¿ah? S-si

El pelinegro no le dió tiempo a abrir a la chica, ya que de inmediato se encontraba al otro lado del auto, para como el caballero que era, abrirle la puerta.

—oh, muchas gracias Naoto
—le acarició levemente la mejilla derecha—

Esto lo hizo ruborizarse al instante.

—b-bueno, vayamos dentro
—sugirió y los otros dos lo siguieron—

*inserta intro súper épica*

𝓟𝓮𝓻𝓭𝓲𝓬𝓲𝓸𝓷 卐 𝐓𝐎𝐊𝐘𝐎 𝐑𝐄𝐕𝐄𝐍𝐆𝐄𝐑𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora