𝓟𝓮𝓻𝓭𝓲𝓬𝓲𝓸𝓷 卐 𝐓𝐎𝐊𝐘𝐎 𝐑𝐄𝐕𝐄𝐍𝐆𝐄𝐑𝐒

025. Velando por él

✢ alerta de capítulo triste.
✢ incluso yo me sentí mal al escribir.
✢ ¡como sea disfruten!

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Patadas laterales, puñetazos de todo tipo, incluso estrangulaciones leves.

Jamás se había divertido tanto.

Por otro lado no quitaba los ojos de encima de Draken. Velaba por él como podía, pero pareciera que todos los malditos de Moebius iban hacia ella.

No la golpeaban a matar, querían retenerla.
Y fue entonces cuando entendió las palabras de Hanma:
"Hay prioridades"

Se escuchaba ridículo, pero como antes había mencionado, un supuesto amigo quería verla.
Ella no tenía idea de quién se trataba y tampoco se rompería la cabeza pensando. Su mente estaba centrada en Mikey, Draken y Keisuke.
Este último le lanzaba miradas a cada rato.

Ya comenzaba a molestarle el kimono que traía puesto. Era incómodo pero al menos el estar levemente abierto le daba flexibilidad para patear.

¡Pum! Un golpe seco en el medio de la cara noqueó a un pelirrojo. Ayame se abrió paso entre la multitud. No encontraba a quien tenía como prioridad.

Mikey pateaba a todos con la fuerza que lo caracterizaba. Draken golpeaba a puño cerrado.
Smiley con puñetazos seguidos y rápidos, etc.

Todos usaban las técnicas que mejor conocían, y claro, lo hacían muy bien.

—¡Draken!

La joven visualizó a un tipo correr hacia el mencionado.

Una sonrisa se ensanchó en el rostro de la castaña y con una fuerza descomunal le sacó varios dientes de la boca de una patada.

Mikey se quedó admirándola por no más de 3 segundos hasta que tuvo que regresar a la acción.

Se sentía raro, era una buena sensación.
Ella estaba dominando su habilidad.
Y de alguna forma se sentía orgulloso.

Muto tomó en brazos a un trajeado blanco y lo elevó sobre su cabeza.

—¡es hora de volar! —lanzó al tipo hacia un grupo de compañeros, liberando a uno de los miembros de la Tōman. Este se había visto acorralado, pero gracias a la ayuda de Yasuhiro pudo continuar adelante—
Ahora, ¡¿quien será el siguiente?!

Ayame por fin dió con Kenny.
Se le veía mejor y parecía que sus heridas se curaban con golpear a idiotas.
La joven le asintió cuando cruzaron miradas, y decidió alejarse sólo un poco.
Iba abriéndose paso mientras se aseguraba que todos en su pandilla estuvieran "bien".

De entre una pequeña multitud unos ojos dorados llamaron su atención.

—Hanma

El chico le lanzó un beso volador a la joven para posteriormente golpear a un muchacho a su lado.

Yami corrió hacia él pero como si por arte de magia fuera, el bicolor desapareció.

—Carajo...

Sin más continuó.
Muchos de los enemigos eran buenos. Sabían lo que hacían, mientras otros no eran más que simples bichos que se quitaban de un manotazo del camino.

Mientras pensaba en eso, en un abrir y cerrar de ojos se encontraba rodeada.

—¡Maldición! ¡¿eran 100 o 200?!

Comenzó a dar vueltas en círculos mirando a todos lados. Saltar sobre uno o dos sería inútil, la atraparían de todas formas.

—Eh?!