036. Hannes...¿Tetta?

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Aquella tarde Ayame se decidió por acompañar a Takemichi a su hogar.

No tenía un porqué, sólo quería asegurarse de que el joven llegara a casa seguro.

—muchas gracias, Yami. —se giró a ver su rostro entristecido— no hablaste en todo el camino y eso me preocupa.

—¿insinúas que soy un papagayo? —trató de sonreír pero no lo logró— no te preocupes Tontomichi, estaré bien, a fin de cuentas ni me importa tanto ese traicionero
—frunció el ceño a la vez que miraba a otro lado—

—eso no es cierto —se acercó un poco más a ella—
Tu actitud demuestra todo lo contrario.
—miró al cielo con una sonrisa— he presenciado tu relación con varios miembros de la Tōman, y se me hace divertido cómo todos siempre se preocupan por ti y te prestan atención sin importar cuánto te conozcan. —soltó una pequeña carcajada— les importas mucho a ellos, y entre los principales a Baji. Creo que con tu influencia lograremos que vuelva.
—se colocó las manos detrás de la nuca—

—siento que soy un fracaso y una pesimista por no pensar así. —apretó los puños y pateó con fuerza el buzón del blondo, rompiéndolo en pedazos al ser éste de madera—

—¡¡AHHH MI BUZÓN!!

—¡¿a quien quiero engañar?! ¡Si me importa!
—de sus ojos comenzaron a brotar lágrimas, haciendo que Takemichi la mirara sorprendido y olvidara por un momento a su pobre buzón—
Odio ser tan sensible y que me importen todos, odio llorar por cualquier tontería y situación...
Se supone que soy fuerte, pero ahora es cuando lo veo...soy demasiado débil.
—se colocó una mano en la frente mientras apretaba los dientes—

Michi se acercó a ella y la envolvió en un abrazo
—está bien que llores, Ayame —con seriedad le colocó una mano en la cabeza y la otra en la espalda alta— es tu amigo, es normal que te sientas así. Sin embargo, me molesta que digas que eres débil. Yo creo que has sido fuerte demasiado tiempo.
—cerró los ojos por un momento— yo he cometido errores estúpidos y por ellos lloro, por cualquier cosa lo hago —rió con suavidad— pero tú has pasado por muchas cosas que a mi ya me hubieran llevado a quien sabe qué locura —la tomó de los hombros y la hizo mirarlo a los ojos— Ayame créeme que cuando lo digo no es sólo para hacerte sentir bien, lo digo totalmente en serio —la joven lo miró con un leve puchero— eres la persona más fuerte e increíble que conozco.

Al escuchar todo eso ella lo volvió a abrazar.

—gracias...

—ahora debemos seguir adelante, juntos. En estos momentos nos tenemos el uno al otro y somos los únicos que podemos cambiar lo que ocurre aquí.
—esta vez fue ella quien se alejó— por Sota, Draken, el bien de la Tōman...
—sonrió y le tendió la mano—

—y por Hina —sin dudarlo unieron sus manos de forma que pareciera como si fueran a jugar "pulso". Las dejaron en esa posición unos segundos mientras se sonreían mutuamente—

—¿qué harías sin mi, Ayame? —rió con superioridad—

—la pregunta es ¿qué harías TÚ sin mi?
—sonrió con burla y se dió la vuelta— llorón.
—cerró los ojos con picardía y siguió su camino, perdiéndose en una esquina—

—¿yo? ¿llorón? Si claro —se cruzó de brazos y murmuró al notar que ella ya no estaba—
¡¡Por cierto me debes un buzón!!

Tras aquella charla con su amigo ya se sentía mejor.
Sus problemas no estaban resueltos, claramente, sin embargo sentía menor el peso en sus hombros al soltar lo que llevaba dentro con alguien de confianza.

𝓟𝓮𝓻𝓭𝓲𝓬𝓲𝓸𝓷 卐 𝐓𝐎𝐊𝐘𝐎 𝐑𝐄𝐕𝐄𝐍𝐆𝐄𝐑𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora