𝓟𝓮𝓻𝓭𝓲𝓬𝓲𝓸𝓷 卐 𝐓𝐎𝐊𝐘𝐎 𝐑𝐄𝐕𝐄𝐍𝐆𝐄𝐑𝐒

011. Soporte para las penas

—¡Takemichi, es una pésima idea! —se quejó la joven al día siguiente, cuando ambos caminaban detrás de Draken sin ser vistos— ¿por qué debemos seguir a Draken?

—es que si no aceptó que fuera su guardaespaldas...creo que si hubiera querido si se lo decías tú.

—para nada, sabes lo orgulloso que es, además sería muy sospechoso que yo quisiera cuidar de él, ¿no crees?

—si...tienes razón. —el rubio bajó la cabeza— oye, creo que sería más fácil que tú estés con él todo el tiempo.

—¿qué? —sin entender miró a Michi—

—pues...tú eres la más cercana a él después de Mikey. Además, eres subcomandante junto con él, deberían estar juntos más tiempo.

—buen punto...tienes razón. Soy la única que puede acercarse más a él. Y, si al menos uno de los dos está a su lado, podría avisarle al otro por si algo pasa, de esa forma podría venir en ayuda. —la castaña palmeó sus manos y el rubio sonrió—

—¡exacto! —el joven dió un salto algo infantil— ¿sabes? No hacemos mal equipo

—jaja, por el momento se puede decir que somos cómplices. —miró a Draken detenerse frente a un restaurante—

—así es —soltó una risita nerviosa—

—parece que va a llamar a alguien...—la castaña se escondió junto a Takemichi detrás de un poste de
luz— ¡ahhh! —soltó un pequeño grito por el susto—¡me está llamando a mi!

El tono de llamada comenzó a sonar, haciendo que Draken se girara.

—ay no. —con desespero tomó la llamada y habló en voz baja— hey, hola.

—¿por qué tardaste tanto? —metió una mano en el bolsillo mientras la otra sostenía el teléfono—

—eso no es de tu incumbencia. —reprochó ella—

—como sea, Mikey me pidió que fuera a buscarte a tu casa, pero como no estabas vine al lugar de encuentro, ¿puedes venir?

—¿por qué no me llamaste cuando llegaste a mi casa? —el de trenza se quedó en silencio— ¡Oye!

—¿sabías que sólo los tontos responden a una pregunta con otra pregunta? —cambió de tema—

—no, no lo sabía, ¿y tú sabías que las pizzas caseras que pides las hace un señor que vive con 12 gatos?

—¿cómo sabes que pido pizzas caseras? —extrañado miró a su alrededor—

—no me digas que respondiste a mi pregunta con otra pregunta...—sonrió ella—

—¿vas a venir o no? —sabiendo que había perdido, nuevamente cambió de tema—

—que si, sólo dime en donde es. —guiñándole un ojo a Michi, se colocó su mano libre en la cadera—

—el lugar se llama Joying-sun, te enviaré la ubicación.

—vale, nos veeemos —sin despedirse solo articuló un "jmm" y colgó— jajaj, que amargado, lo amo.

Takemichi estaba algo asombrado por las extrañas platicas que tenían Ayame y Draken. Sin embargo para ellos, no eran más que casuales conversaciones.

—bueno, yo iré con esos dos, ¿y tú que harás?
—la joven abrió la ubicación que le había enviado Draken, y observó al mencionado adentrarse al restaurante—

—también entraré, pero me sentaré en un lugar aparte a ver lo que ocurre. —se encogió de hombros—

—si...estaría bien. Yo por mi parte tendré que esperar un poco, sería extraño que entre ahora. Pensarán que me puedo teletransportar. —rió ella—