Ya no podría ir en busca de sus dos amigos.
Draken y Mikey tendrían que esperar. Ella ahora tenía problemas más grandes, y esos eran Mei y Shia.Ambas jóvenes se encontraban llorando mientras se reconfortaban la una a la otra mediante un abrazo.
En esos momentos estaban en la funeraria, frente al altar de su querida Sota.
Los familiares y conocidos de la fallecida se encontraban allí, lamentando su pérdida, y alguno que otro cuchicheando sobre la castaña.
Esta última se encontraba sentada en las escaleras de entrada de la edificación.
Llevaba puesto un traje negro de dos piezas: pantalón y saco. Debajo una camisa blanca acompañada de corbata y zapatos oscuros.La lluvia bañaba su espalda a la vez que el viento helado la abrazaba.
Su corazón estaba gris ese día, al igual que el cielo.Sus latidos eran suaves, calmados. No quería ver a los padres de Sota a la cara; no podría, no una segunda vez.
Para su mala suerte el padre de la fallecida pelirroja salió fuera.
Estaba furioso y maldecía a la castaña a la vez que su esposa trataba de calmarlo.—entiende, fue la explosión quien nos quitó a nuestra hija, no esa muchacha.
—la voz calmada de la mujer llegó a los oídos de la ojiverde—
Por favor...esa niña también está mal, está triste; y llora.—está aquí solo para no quedar mal. Ella metió a mi hija en problemas. ¡Ella siempre ha sido la que ha corrompido a todas las que tiene por amigas!
—esto estrujó las entrañas de Ayame—
¡Tal y como pasó con Rina, su otra amiga! ¡Ella murió hace años! ¡¿Y por qué fue?!—cielo ya basta por favor
—los ojos llorosos de la mujer se centraron en la espalda caída de la joven—
Ella está...
—con una mano temblorosa la señaló——eh?
—el cabello del hombre tapaba levemente su rostro.
Inmediatamente lo removió, pudiendo visualizar ahora a la mujer que tanto recriminaba—
Es ella.
—susurró. Su esposa asintió con tristeza. Fue en ese momento que el señor se dió cuenta; aquella joven estaba casi más destrozada que ellos mismos—Lentamente se levantó de su lugar y caminó hacia la pareja.
Sus ojos oscuros intimidaron al hombre, quien retrocedió sintiendo la mano de su mujer sujetando su brazo.—entiendo que me odien
—luego de unos segundos habló. Se había detenido frente a ambos señores con firmeza. Trataba de no romper en llanto frente a ellos. El vacío de saber que esos eran los padres de su preciada amiga la devoraba—
Yo también me odio
—no esperó que su voz se quebrara en la última palabra—
Sota era mi mejor amiga. Sobre todas las chicas que estuvieron en mi pandilla hace tantos años...sobre Mei, Shia...incluso Rina.
—miró a los ojos al lamentado—
Señor Taisho,
—hizo una reverencia de respeto—
Haría lo que estuviera en mis manos para devolverla a la vida...para que ustedes la abrazaran...la vieran sonreír...La pareja se abrazó y comenzó a llorar allí mismo.
—Definitivamente haré lo que esté en mis manos...
Todo.—de corazón les ruego que me perdonen.
—el silencio del ambiente hizo resonar contra el suelo la lágrima que brotó del ojo derecho de la chica——no...perdóname tú a mi.
—el padre colocó una mano en el hombro de la castaña— No quiero ir por el mismo camino que Serin, y culpar a una joven de la muerte de mi hija.
Esa mujer eligió el odio, y de odio morirá.Ayame recordó la última plática que tuvo con la mencionada Serin, madre de Rina.
Cuando ella la insultó e inculpó frente a todos de una forma cruel; restregándole en el rostro las cosas malas que había hecho.
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𝓟𝓮𝓻𝓭𝓲𝓬𝓲𝓸𝓷 卐 𝐓𝐎𝐊𝐘𝐎 𝐑𝐄𝐕𝐄𝐍𝐆𝐄𝐑𝐒
Fanfiction〖 ″PERDICIÓN″ 〗Acción de perder material o moralmente a alguien o algo. 𓆝𓆟𓆜𓆞𓆝𓆟𓆜𓆞 Se dice que nunca debes encariñarte con una persona al máximo, pues tarde o temprano, esta faltará. Quizás simplemente se vaya...