Avanzó temblando de emocion por la espiral del cielo. Murmuró tu nombre solo para mí, camino entre cadáveres como si no estuvieran allí.
Por favor llama y repite mi nombre como hiciste aquel día.
Te lo ruego solo di mi nombre, por favor una vez má...
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Los gritos desenfrenados salían de la garganta de Galatea mientras la cuchilla rota era sostenida con fuerza por su mano, teniendo a un Reiner prácticamente inconsciente debajo suya.
- ¡Galatea! ¡Alto! - grito Hange sosteniendo la mientras aún gritaba con ira sacando los dientes como si se tratara de una bestia.
- ¡Tiene que morir! - Galatea continuó con el forcejeo contra la capitana a la vez que los demás se acercaban a ellas.
- Por favor, ¡Detente ya! - regaño haciendo que poco a poco Galatea se relajara y soltara el arma que tenía en su mano.
Recargo su espalda contra el pecho de Hange cansada dejándose abrazar por esta quien colocaba su frente en su hombro, podía sentir el cabello desordenado rozar contra su mejilla y la respiración errática salir de sus labios.
Estaba tan cansada que seguramente no intentaría escaparse de ella, después de todos aquel conjunto de movimientos que utilizó para derrotar al acorazado fueron más allá del límite de su cuerpo.
- Mikasa, ata a Reiner y llévalo al muro - ordenó Hange aún con Galatea en brazos.
- Si - respondió la joven algo preocupada por su superior.
- Ven, decidiremos ahora que hacer - dijo mientras ayudaba a Galatea a levantarse, esta no se sentía bien pues aún el ardor en su hombro palpitaba con insistencia.
Con dudado fueron caminando a un lugar un poco más cerrado y lograr matar de una vez a Reiner, no sin antes que les respondiera algunas preguntas.
Jean estaba a un lado de su superior quien había sido vendada por Mikasa y aún mantenía su mirada baja, claramente no estaba contenta por la situación pero a ojos del chico fue realmente fantástico como lo derribó con una sola lanza.
Más tarde le recordaría aquella hazaña por que seguramente estaba tan perdida en sus pensamientos que no era del todo consiente de lo que pasaba y equivocado no estaba.
Galatea sentía como dentro de su cabeza se repetía constantemente el matar a Reiner de una, pero su espíritu de soldado sabía que debía acatar las órdenes de la capitana aún cuando sus manos temblaban con ansias de rebanar su cuello.
Hange fue a paso lento hacia Reiner quien carecía completamente de sus extremidad, regalo de la misma Galatea, con los ojos vendados y el humo saliendo de su cuerpo.
- Reiner, ¿Qué es esta caja de hierro que llevabas en el pecho? Fue lo último que intentaste agarrar antes de perder los brazos - comenzó a preguntar con aquel objeto entre sus manos - ¿Era una forma de suicidarte? ¿Una bomba?
