AMOR EN ROSA - JENLISA

CAPÍTULO I

Estados Unidos Los Ángeles, California 1970

Seo había vivido 20 años en Estados Unidos, su estancia en aquel país no había sido del todo grata, John Smith le había conseguido documentación falsa para que pudiera estar en sin problemas legales de migración, a partir de los cinco años ya había conseguido la nacionalidad al igual que Lisa, que la registró como nacida en Los Ángeles, California.

Con el tiempo había logrado tener trabajos como lavaplatos, ya que el racismo pululaba en el país y las oportunidades no eran muy flexibles para los extranjeros, de ése empleo consiguió uno de mesera de medio tiempo en una cafetería, y por su alto grado de cultura logró conseguir un empleo como bibliotecaria en una universidad, había rentado un pequeño departamento en donde criaba a Lisa, la pequeña tailandesa no tuvo la oportunidad de ser educada en alguna escuela americana, antes muy apenas las personas de color eran aceptadas a pesar de tener la nacionalidad, pero para Lisa las puertas estaban más que cerradas, más que nada por sus rasgos asiáticos, sin embargo, su cabellera rubia y su gran sonrisa lograban encantar a cualquiera.

Seo, no perdió el tiempo en la educación de la tailandesa, le enseñó todo lo que sabía, a leer, matemáticas, música, la mujer se tomaba el tiempo para enseñarle principalmente cuestiones culturales de Corea, Japón y Tailandia, para que la niña nunca olvidara sus raíces, a pesar de que Lisa amaba Estados Unidos, aún sin ir a la escuela, tenía muchos amigos en el barrio en el que vivía, pasaba gran parte de su tiempo con ellos, pero cuando Seo llegaba de trabajar Lisa sabía que debía estudiar hasta altas horas de la noche.

−Seo, hay un nuevo programa educativo...− le comentaba Mike, un profesor de la universidad que frecuentaba la biblioteca casi toda la semana al haberse convertido en un amigo de la surcoreana.

− Oh, qué bien... − expresó Seo sarcástica mientras hundía otro libro más en la pila C del estante − ... suerte con eso - sonrió mirando al hombre por tan solo unos segundos, luego su rostro se hizo serio y continuó con su trabajo.

− No, no... No estas entendiendo− decía Mike - Se trata de un programa educativo en Corea del Sur impulsado por Estados Unidos. - dijo emocionado.

Seo se congeló, y miró al hombre... "Corea del Sur" hacía ya 20 años que había dejado aquel país atrás. − ¿Qué quieres decir con eso? - preguntó seria, sin demostrar un solo sentimiento en su expresión.

− ¡Oh! No vayas a pensar que te estoy diciendo que quiero que te vayas - la alertó aquel hombre gordinflón con una sonrisa nerviosa, pero Seo lo miraba seria - Eso es algo que no quisiera, pero... − el hombre le extendió a Seo un folleto sobre esa nueva propaganda, "el crecimiento del capitalismo en Asia" decía.

Seo rodó los ojos, no es que tuviera algo en contra del sistema, sólo que odiaba el amarillismo y lo que le sonara muy maravilloso y nuevo, así como los comerciales de Coca-Cola, "la felicidad no es de este mundo" decía siempre que oía algún comercial.

− Han invertido más de 980 mil millones de dólares en programas educativos en corea, la apertura de la Universidad Nacional de Seúl es más amplia y también las mejoras y apoyos a maestros. - comentó el hombre.

La surcoreana lo observó, en definitiva, su pequeño amigo se veía rojo, pero inocente, orgulloso y emocionado, pero triste, una sonrisa dulce tenía en sus labios, pero unas cejas fruncidas de dolor. - Tal vez, Lisa puede crecer, es una chica muy inteligente y aquí, no es tan fácil que le abran las puertas a un extranjero... − el hombre pasó saliva al ver la mirada penetrante e intimidante de Seo -No quiero que te vayas, pero quiero lo mejor para ti. - dijo finalmente.

Seo, volvió a observar el folleto y luego a su viejo amigo, le pareció dulce su expresión y a la vez sincera...

"Volver a Corea" pensó, "Volver a Corea" ... Recordaba la comida, sobre todo, extrañaba eso principalmente, odiaba la comida rápida, el clima, las calles, los paisajes, la música, las tradiciones, todo.... Porque a pesar de haber estado en guerra, Corea mantenía su belleza.