CAPÍTULO XL

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2 semanas después.

Estaba en el aeropuerto, Lisa junto a Seo habían conseguido mudarse nuevamente a Corea, luego de haber estado exiliadas, el embajador de USA, el hombre a quien Lisa cuidó sus hijos, nos ayudó a que le otorgaran los permisos, su pasaporte y su estancia.

─ ¿Por qué te notó tan nerviosa? ─ preguntó Jisoo, que me había acompañado a recibirlas.

─No lo sé, tengo miedo de que ella no esté en ese avión, o que se haya arrepentido a ultima hora, pero también no sé qué decir, qué hacer cuando la vea, es extraño, es como conocerla por primera vez. ─ decía frotando mis manos.

Jisoo, se burló de mí frunciendo el ceño ─ ¡Qué marica saliste, Jennie! ─luego la miré en reproché ─No─ dijo asustada ─ no me malinterpretes, ─ luego fruncí el ceño ─ bueno, sí lo eres, pero no en el doble sentido, más bien en el sentido cobarde, aunque también en el otro sentido, ay olvídalo, no me hagas caso.

Finalmente, anunciaron que el vuelo de Lisa había llegado, vi que venían muchas personas con sus maletas, y por más que me pusiera de puntillas no lograba verla, me moví para buscarla, pero al notar que ya no quedaba muchas personas, sentí una punzada en el pecho, Lisa no estaba.

─ ¡Jennie! ─ gritó Jisoo, corriendo hasta donde yo ─ ¿Ves a Lisa? ─ preguntó a su vez mirando a todas partes.

No dije nada, solo traté de controlarme, me di la vuelta y seguí mirando, pero no la veía por ningún sitio, hasta que el destello de un rayo de luz me cegó por un instante, por inercia miré hacia el destello, y fue entonces que vi a Lisa, con unas gafas de sol en la cabeza, una chaqueta de mezclilla, una blusa negra, pantalones de mezclilla y unos converse. Al parecer discutía con Seo, que se veía más recatada que ella, al parecer discutía por algo de la maleta que Lisa cargaba.

Lisa seguía mirándose hermosa, a pesar de tener 34 años, seguía teniendo su aura juvenil y rebelde.

─ Ahí esta tu chica ─ me susurró Jisoo al oído.

Entonces, Lisa y yo cruzamos nuestras miradas, yo no podía evitar sonreír, y ella de pronto respondió a mi sonrisa, me lancé a sus brazos llena de alegría.

Al separarnos, oímos detrás una voz familiar.

─ Pero qué escena tan más romántica ─ esbozó con ternura.

La cara de Jisoo se paralizó y su cuerpo empezó a temblar al ver quien era.

─Sorpresa ─ me dijo Lisa al oído.

─¡Rosé! ─ grité corriendo a sus brazos ─ Viniste.

─ Si, creo que es momento de volver a casa. ─ dijo, se separó un poco de mí, y miró hacia Jisoo que seguía en shock. Todas nos quedamos anonadadas, incluso Seo, que no se perdía ningún detalle

─ Chu ─ pronunció Rosé, con voz lamentable, se acercó a ella y frunció las cejas. ─ perdóname...

Y de pronto, ésta se lanzó a abrazarla con mucha fuerza, sin quitar su rostro pálido, sin embargo, unas lagrimas se asomaron por el rabillo de sus ojos. ─Te odio ─ le alcanzó a decirle, sin despegársele.

En el camino, Lisa no paraba de mirar por la ventana, no como asombrada, sino más bien como nostálgica, no se veía triste, pero sí sabía que algo en ella lamentaba.

─ ¿Vives aquí? ─ preguntó al llegar al edificio, donde estaba de departamento de Jisoo.

─ Si ─ dije, sin dejar de mirarla, era adicta a ella, no podía quitarle la mirada de encima.

Al entrar al departamento, vimos a Irene, que no tardó en gritar como loca al ver a todas, se lanzó a lo brazos de Lisa y le dijo ─ Siempre supe que eras la indicada ─ le dijo. Lisa sonreía, pero también estaba sorprendida.

AMOR EN ROSA - JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora