CAPÍTULO II

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Corea del Sur, Seúl 1970

Para Lisa todo Corea le parecía sombrío y apagado, no tenía los mismos colores que en América, incluso la ropa no era igual, porque a pesar de ser del mismo año, todos lucían más serios, más formales, hasta los rostros de la gente eran más fríos y opacos.

Seo, en cambio, estaba feliz por dentro, amaba mucho su país, y le encantaba a pesar de los desastres políticos que Corea poco a poco comenzaba a recuperarse. Sin embargo, se sentía como una traidora, pues pensaba en cuántas personas murieron a causa de intereses políticos de las otras grandes naciones, si solo había intereses nacionalistas por parte de los coreanos, no les importó si quiera matar a niños, todo esto, mientras ella vivía y disfrutaba de su "país opresor" así pensaba.

−Lisa, en cuanto lleguemos quiero que desempaques tus cosas, yo saldré un momento así que es mejor que te quedes en casa. - comentó Seo dentro del taxi el cual tomaban rumbo a la antigua casa de Seo.

Lisa, sin embargo, no le había dirigido la palabra desde que tomaron el vuelo rumbo a Seúl, sólo se dedicaba a mirar a través de la ventana, todo le parecía soso, inclusive la gente, sus rostros tristes y pálidos le causaba calosfríos, tanto como la arquitectura, algunos edificios en construcción, otros en restauración, y algunas calles por pavimentar, y el ritmo de la gente para Lisa era como "ratitas en una carrera imparable" todo gris y caminando presurosos hacia sus trabajos, escuelas, como si fueran zombies, pero nada como la gran América, que sus calles eran preciosas y ordenadas, llenas de luces por los creativos anuncios, las sonrisas de las personas que transitaban la llenaban, "Cómo extraño California" pensaba.

Seo, pasó saliva y fingió no darle importancia a la actitud de Lisa, pronto el camino se convirtió en uno pintoresco, en la periferia de Seúl todo era más verde, Lisa, que seguía triste no se inmutó ante el hermoso paisaje floreado y boscoso que adornaban el pavimento − ¿A dónde vamos? - preguntó finalmente.

La mayor la miró rápidamente y se alegró de que al fin Lisa dijera algo - A mi antigua casa - dijo.

Lisa la miró con el ceño fruncido − ¿Cómo sabes que tu casa no fue una base militar o que no está destruida? - cuestionó.

− No lo sé - dijo Seo, − Pero, está muy lejos de donde fue el enfrentamiento, no creo que haya sido invadida, mi padre se había asegurado de mantenerse lejos de la ciudad, odiaba el ruido, no le dejaba escribir. - dijo nostálgica.

− ¿Y por qué no te quedaste en casa si sabías que era seguro? - cuestionó Lisa confundida, mirando esta vez hacia la ventana.

− Soohyoon temía que... − pasó saliva y sus manos comenzaron a moverse imparablemente, algo que Lisa divisó de soslayo − ...que hubiera otra bomba como en Japón.

− Pero no la hubo. - murmuró Lisa.

− Así es, no la hubo. - confirmó Seo aliviada y feliz por eso.

Finalmente, el taxi se había detenido sobre unos muros que estaban cubiertos por ramas enredadas en estos, el pavimento incluso de piedritas y alrededor muchos árboles.

Lisa bajó del taxi con una mochila en brazos, miró hacia la entrada de ese muro, en forma de ovalo, "¿por qué hay tantas curvas en su arquitectura?" pensó.

Caminó dentro de ése círculo y confirmo que dentro todo era un caos, miles de ramas, hojas, piedras incluso tierra estaban por sin ningun lugar, algunas macetas rotas, casi no dejaba ver un camino de piedritas que había en el piso, pronto Seo se colocó a su lado y miró la escena con un pesado nudo en su garganta, Lisa la miró y notó que una lagrima muy pequeña se le formaba en el rabillo del ojo - Vamos - dijo.

AMOR EN ROSA - JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora