CAPÍTULO XV

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"¿Quieres estar toda tu vida con Kai? ¿En verdad quieres ser la ama de casa perfecta?"

En qué momento, mi vida se vio atropellada por una niñata rubia y desafiante.

Desde pequeña, mis padres me educaron con muchos "valores": Las niñas no pueden realizar trabajos de hombres, su deber es el hogar; las niñas deben lucir siempre lindas y arregladas, su gentileza y sumisión son atractivas para tener un buen marido; las niñas siempre deben ser obedientes con sus padres, y cuando se casen entonces pertenecerá a su esposo, y deberá complacerlo con agrado y delicadeza.

Toda mi vida, pensé que había nacido para eso, casarme, tener hijos, y ser feliz. Así de sencillo.

Pero bueno, es que esas farolas dentro de la oscura noche de Seúl, dispararon hacia mí, cuando el auto de esa chica me atropelló.

"¿Quién diría que eso cambiaría el rumbo de mi vida?"

Ahora Lisa, había aparecido sin previo aviso, para mostrarme otro camino, uno que no sabía que existía, que obviamente me daba miedo, pero también curiosidad.

Aquellas, preguntas no dejé de repetirlas en mi cabeza desde la última vez que la vi en la cena del palacio de gobierno.

── Entonces, el rendimiento anual se mide en base a la utilidad obtenida de los meses anteriores, pero es muy importante expresarlo en porcentaje ── el profesor Lee tenía una manera de explicar las matemáticas tan lentamente que pocos prestaban atención.

No se diga, Irene que estaba muy entretenida pintando sus uñas, Jisoo que cabeceaba con la boca abierta, pero Rosé en cambio estaba entretenida en clases, incluso anotaba todo como si no quisiera perder cada detalle.

Pero mis ojos estaban más entretenidos en la tailandesa, que estaba sentada en el rincón, se veía muy entretenida anotando algo en su libreta, ya llevaba yo mirándola desde hace media hora, me divertía con los múltiples gestos que hacía con su rostro, la forma en que sus cejas se fruncen tiernamente, como sus pestañas se unen cada vez que achica los ojos, la mueca de sus labios que abulta como si fuera un pequeño patito, y su nariz y la arruga que se forma en ella cada vez que sorbe de ésta o pareciera concentrarse de más; bueno, hasta ahora, me había dado cuenta que observaba a Lisa más que de costumbre.

Estaba tan embelesada en sus expresiones que cuando la puerta del salón sonó me costó trabajo volver mi vista al frente.

- Buenas tardes, maestro Lee - interrumpió la misma chica curiosa que parece la secretaria de la coordinadora.

- Buenas tardes - dijo nuestro maestro de matemáticas, que era bastante delgado y alto.

- Llaman a las señoritas Jennie Kim, Kim Jisoo, Lalisa Manobal, Roseanne Park, Kang Seulgi y Bae Johyun a coordinación.

Nos llamaban a todas, eso incluso hizo que Jisoo despertara.

- Ya oyeron chicas, vayan. - dijo el maestro.

Me sentí un poco confundida del por qué nos llamaban a todas, miré a mis amigas y noté el mismo rostro pálido de todas. Tomamos nuestras cosas y salimos del salón.

- ¡Qué milagro! - expresó Jisoo levantando sus brazos dando pequeños brinquitos junto a Rosé e Irene. - ¡Al fin nos sacan de esa clase aburrida! Les juro que si me quedo un minuto más con el profesor Lee voy a terminar muerta del aburrimiento.

- No seas imbécil - dijo Irene en voz molesta. - ¡¿Qué no te das cuenta?! Nos llamaron sólo a nosotras siete, es obvio.

Rosé la miró con el rostro pálido y luego pareció entrar en pánico - ¡Dios mío! - dijo llevando su mano al pecho - Mina, lo saben, saben lo que hicimos, nos van a expulsar, nos van a expulsar.

AMOR EN ROSA - JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora