CAPÍTULO XIX

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Había pasado más de una semana desde que le dije a Lisa que terminé con Kai, no podía creer lo lejos que había llegado, me miraba al espejo y yo veía la misma niña de hace algunos meses, por fuera lucía igual, traía mi cabello largo y ondulado, una falda un poco corta, una blusa rayada y unas botas largas de tacón, si así solía verme, como la típica modelo de los 70's, pero por dentro me sentía una chica revolucionaria, sentía que dentro de mi había un poder que nunca en mi vida había experimentado, porque de pronto me di cuenta que, podía hacer más cosas de las que pensaba que era capaz, me sentía fuerte, imponente, dominante y brillante.

Y bien, sólo había una chica que me hacía sentir así. Lalisa, siempre ella.

¿Cómo era posible que ella pudiese fijarse en mí? ¿Cómo llegamos hasta aquí?

Quizá esas son unas de las preguntas que me costaba trabajo entender en ese entonces, pero por ahora, mi carácter caprichoso y posesivo, se había enfocado en solo una cosa.

En que Lisa viniera conmigo al campamento, que en sí, más que una simple salida entre amigas, era el poder estar a solas con ella, lejos de todo lo que entonces era la Corea industrializada y monitoreada.

Me dediqué casi toda la semana en observar a Seo, tenía que averiguar cuál era su punto débil.

En primer lugar, noté que Seo ama el café, siempre trae una taza de café a clases y después de ella, se va a la sala de maestros con un café y un libro en mano que siempre carga, titulado "Amor en Rojo" que pareciera que nunca termina de leer. Obviamente, le llevé un paquete de café del mejor grano que se produce en Corea, lo recibió con gusto, pero cuando le pregunté si dejaba ir a Lisa al campamento su respuesta fue:

── No. ── Sí, un rotundo, "No"

Pero no iba a rendirme tan fácilmente, además de cumplir con mis tareas, participar en sus clases, ser excesivamente puntual y ayudarle a cargar sus libros, hacía ensayos literarios demás, no porque buscara un punto extra, sino porque esperaba que dejara a Lisa, y nuevamente su respuesta fue ── No.

Ni ropa y accesorios de marca, ni que Wang le lavara el auto que tenía, ni una cortesía en el mejor jjimjilbangs de Corea del Sur la convenció de dejar a Lisa, sinceramente esto ya me estaba desesperando.

── Tal vez si existiese la manera de conseguirle un apuesto y refinado hombre que...

── Ni lo pienses ──. dijo Lisa cerrando el libro que tenía en sus manos.

Ambas estábamos en el jardín de la facultad, yo tenía una libreta anotando ideas para convencer a Seo, mientras recargaba mi cabeza en la pierna de Lisa. ── Seo, jamás abrirá las piernas. ── completó con un comentario bastante altruista y vulgar.

Fruncí el ceño y me incliné un poco para mirar a Lisa. ── ¿A qué te refieres?

── A que esa mujer es tan rígida que no habrá nada ni nadie que la haga doblegarse, tiene mucha determinación, mejor ríndete, no creo que logres convencerla.

Me quedé pensando en Seo por unos instantes, sinceramente no me parecía que fuera una mujer cerrada, sino todo lo contrario, ella era muy pasional, lo notaba por cómo daba clases, su pasión por la literatura; era inclusive contagiosa. Sin embargo, creo que lo que Lisa dice es realmente un punto de vista, como desde: "hija" tal vez ella es demasiado severa con su "madrastra", quisiera no equivocarme, pero, tengo la impresión de que, en cierto modo la culpa por la muerte de su madre.

Aun así, no puedo evitar no admirar a Seo, cómo tuvo el carácter para asumir un destino del que no estaba preparada, y si es verdad que aún busca a Soohyun, me parecería algo audaz y hermoso.

AMOR EN ROSA - JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora