CAPÍTULO XXIV

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─ ¿Padre? ─ fue lo único que pude decir en ese momento.

No podía entender qué hacían ahí ellos y mucho menos podía hablar del pánico que me estaba acorralando.

─ ¿Qué estabas haciendo? ─ preguntó en una voz tan ronca, uniforme y amenazante que no podía ni mirarle a los ojos, estaba tartamudeando.

─ Lisa, ven ─ le dijo Seo, en un murmullo temeroso, pero no comprendía por qué se veía tan asustada.

Kai alcanzó a escuchar que llamó a Lisa, y gruñó furioso ─ ¡Así que es cierto! ¡Te ves con esta zorra!

Cuando gritó aquello, entonces supuse lo peor, mis piernas parecían maracas, mi sangre bajó a mis pies, estaba tan fría que empecé a sudar.

─ Señor Kim, es mentira, Kai no sabe lo que dice, él...─ dijo Irene.

─ ¡Cállate! ¡Cállate! ─ le gritó Kai, se abrió paso desde atrás y se colocó frente a frente de Lisa. ─ ¿Qué le hiciste?

Mi Lisa no decía nada, pero lograba no mostrar miedo, pues Kai era ligeramente más alto que ella, aún así se mantuvo firme y le miró a los ojos ─ Maldita enferma, eres una basura extranjera...─ le decía mirándola con desprecio, mientras Seo le pedía que parara, diplomáticamente, pero furiosa ─ ¡A eso ha venido esta basura tailandesa, señor Kim! ¡Vino a Corea a contaminarnos de sus costumbres libertinas! ¡Es una amenaza para nosotros! ─ gritó mirando hacia mi padre.

Y yo no entendía por qué no podía hablar, bueno en realidad, mis ojos solo estaban encajados en los de mi padre, que me veía como si fuera una donnadie.

─ Kai, ten cuidado con lo que dices, no te permito que insultes así a Lisa ─ dijo Seo, avanzando hacia Kai para interponerse entre Lisa y él.

─ Usted también lo sabía, ¡Todos aquí los sabían! ─ gritó furioso.

Poco podía entender qué había pasado exactamente, pero creo que era más importante lo que presenciaba. ─ ¿Creíste que no me enteraría? ¿Por eso no querías casarte conmigo? ─ chilló mirándome a los ojos, yo solo evadí su mirada.

─ Seo no sabía nada ─ finalmente habló Lisa en un tono tan autoritario que incluso hizo que mi padre la mirara a los ojos, ella se hizo a un lado dejando a Seo detrás y dirigió fijamente su rostro hacia mi papá. ─ Ella no tiene nada que ver en esto, si hay alguien a quien deben culpar es a mí.

─ Lisa, cállate. ─ pude decir, pero con una voz temblorosa.

─ ¡Maldita sinvergüenza enferma! ─ le gritó Kai.

─ ¡Kai, calmante! ─ gritó papá, en una voz tan fuerte como si diera una orden a todo un pelotón.

El daba miedo, y no solo por su uniforme, estatura y voz de trueno, sino por su mirada penetrante y asesina.

─ ¿Qué hacías con Lisa? ─ preguntó hacia mí.

Quise abrir la boca, quise decirle lo que hacía, pero no podía hacerlo, tenía miedo, mucho miedo.

─ Estábamos juntas en la cabaña, señor Kim ─ dijo Lisa ─ hacíamos lo que cualquier pareja hace cuando tiene privacidad.

¡Oh mierda! ¡Lo dijo!

Los ojos de todos ahí casi salen de sus cuencas, más aún los de mi padre.

─ Lisa, por favor, cállate ─ le pidió Seo, en una voz furiosa

─ No ─ dijo Lisa con firmeza ─ no me voy a callar Seo, ya me cansé de callarme ─ espetó.

Yo la miraba anonadada.

AMOR EN ROSA - JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora