CAPÍTULO XI

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Al día siguiente me había despertado temprano para ir a la escuela, pero un martilleo en mi cabeza palpitó tremendamente, algo así como resaca.

Jamás me había sentido de esa manera, y todo gracias a Lisa. Sin embargo, más que la resaca, había en mi algo así como una especie de "arrepentimiento" No estaba del todo segura, pero creo que por estar tan ebria ni siquiera pude ser consciente de que había besado a Lisa, no hasta ahora que ya me daba cuenta de lo mal que estuvo eso y lo peligroso que era.

Estaba tan sorprendida de mi misma, tanto que había repasado en mi cabeza una y otra vez si lo de ayer había sido un sueño, imaginación mía o algo real.

- Vendré por ti el día de hoy- escuché a papá decir mientras conducía.

- No debiste correr a Junho - dije mirando hacia la ventana. - Él no tuvo la culpa.

- Su trabajo era traerte a casa, y no lo hizo, le pago por eso - espetó.

- Es un chofer, no un guardaespaldas - dije.

- En eso tienes toda la razón, creo que lo mejor para ti será contratar un guardaespaldas.

- ¡¿Qué?! - dije sorprendida, pero me contuve cuando papá me lanzó una mirada dura y fría.

- Estoy muy decepcionado de ti, Jennie - continuó - Siempre has sido una mujercita bien portada, nunca me habías decepcionado tantas veces como ahora.

Guardé silencio, porque de alguna manera, aquellas palabras me dolían.

- Vine a Corea sólo para poder verlos a ustedes - continuó - seguimos en guerra Jennie, siempre lo estamos, Corea del Norte sigue siendo una amenaza, eso sin contar la presión que hay de parte del gobernador...- dijo en tono autoritario y molesto - .... ¿Tienes idea, al menos, de lo grave que es eso? - yo ni siquiera lo miré - Hay mucha gente muriendo, ¿crees que tu madre y yo tenemos cabeza siquiera para preocuparnos por bajezas inmaduras como lo que hiciste ayer? ¡Yo, no tengo porque estar lidiando con tal comportamiento, no te eduqué de ésa manera! ¡Todos los días arriesgo mi vida por mi familia y mi nación! ¡No seas tan egoísta e inconsciente!

- Lo lamento - murmuré.

- Volveré a Vietnam en una semana - dijo y lo miré con mis ojos muy abiertos - un buen comportamiento es lo menos que espero de ti, de una señorita decente, no el de una vil mujerzuela.

La manera en que mi padre decía las cosas, era como acero al rojo vivo, que calaba y ardía en mi pecho. No pude evitar soltar algunas lágrimas, siempre quise agradarle, pero ahora sentía que él tenía razón, porque, en definitiva, había besado a una mujer y eso no estaba nada bien, sólo me hacía sentir moralmente mal, hacía incluso que sintiera asco por mí.

- Antes de irme habrá una cena importante, estará el primer ministro y el gobernador - ya decía yo que no venía a Corea por casualidad - iremos todos, y quiero que te comportes como una señorita decente. - espetó estacionando el auto frente a la universidad.

Odio esas "cenas importantes" tan repletas de gente hipócrita y aburridas, donde lo único que sea es hablar sobre cómo se ganó la guerra contra Corea del Norte, el fin del comunismo, los proyectos americanos. Todo bastante soso a mi parecer.

Iniciando las clases, todo había marchado normal, aparentemente, porque Lisa no había asistido a las primeras clases y si lo hacía no quería si quiera verla, me avergonzaba tanto lo de ayer, ¡¿Cómo me atreví a besarla?!¡Qué inconsciente de mi parte!

- Irene dijo que quiere hablar con nosotras - oí a Rosé hablar.

- ¿Qué es lo que quiere? - preguntó Jisoo

AMOR EN ROSA - JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora