CAPÍTULO VIII

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− Ni idea que sea Seulgi, no me lo creo, es que se ve tan distinta – dijo Rosé.

Estábamos comiendo en la cafetería Rosé, Jisoo y yo, habían pasado ya cuatro semanas desde mi primer día de clases, aún seguían llamándome "mono de lodo" gracias a Mina, por suerte esto es la universidad, el acoso ya no es igual, así que no muchos me llaman así, ahora.

Pero mi prestigio poco a poco se iba desvaneciendo.

− ¿Cómo no la reconocimos? Se ve distinta, de hecho, se ve muy bien – dijo Jisoo, mientras yo tomaba con mis palillos los fideos que había ordenado, ya ni siquiera me fijaba en comer bien.

− ¿Creen que Irene ya la haya reconocido? – cuestionó Rosé.

− Probablemente, pero eso nunca lo sabremos, ni siquiera nos mira cuando la encontramos – decía Jisoo.

Era cierto, ahora Irene se había vuelto muy popular, a veces la veíamos pasar y nos ignoraba, eso dolía, pero al menos no me decía mono de lodo como Mina, Miyeon sus amigas cada que nos veían.

− Jennie, ¿te sientes bien? – preguntó Rosé. – No has comido nada, sólo levantas los fideos y los dejas caer – miré a mi amiga y la vi preocupada.

− Si Rosie, estoy bien, de verdad – dije con una sonrisa desganada.

− No puedo creer que Seulgi te ayudara ése día que te caíste – dijo Jisoo y yo la miré extrañada – O sea que te hablara como si nada después de lo crueles que fuimos con ella en el colegio es algo de admirar ¿no creen?

− Para empezar, nosotras no fuimos quienes le pusieron el apodo, fue Irene, y era ella quien la trataba mal, nosotras solo la seguíamos como estúpidas, al igual que ella hace con Mina – dije.

− Uy, alguien comió gallo esta mañana – murmuró Jisoo bebiendo a su zumo de zanahoria.

− Jennie, ¿estás así porque no has visto a Kai o por el estrés de las clases? – me preguntó Rosé colocando su mano en mi hombro.

Y de verdad no he visto mucho a Kai, nuestros campus quedan muy separados y todo el tiempo nos la pasamos en clases, los fines de semana de hecho ha sido solo tarea, ya casi no hablamos o salimos, tal vez sea eso.

− Puede ser, no sé, ambas – dije removiendo mi comida.

− No te preocupes, pronto viene el día festivo el tres de octubre, aún tenemos nuestra ida de campamento – Oh lo olvidaba, el día tres de octubre se celebra la fundación de Corea, y todas las escuelas y trabajos suspenden labores, así que íbamos a aprovechar el fin de semana y el día lunes para irnos de campamento, sólo que ahora no creo que Irene nos acompañe.

− No creo que Irene vaya y tampoco Minho, desde que nos dejó de hablar su novio le hace caso en todo – dijo Rosé.

− Patéticos – murmuré.

− ¿Y si invitamos a Seulgi? – preguntó Jisoo.

Yo no dije nada sólo miraba mi comida – Cierto, pero... sería incómodo, es decir, casi no le hablamos mucho, a no ser que venga con...

− Lisa – dijo Jisoo.

− No – dije enseguida golpeando la mesa, tan fuerte que los de alado se asustaron al igual que mis amigas.

− ¿No quieres que invitemos a Seulgi o a Lisa? – preguntó Jisoo.

No soportaba oír ese estúpido nombre, me daban nauseas de tan solo pensar en ella, no quería saber nada de esa rubia idiota, no quería nada, nada de esa imbécil.

− A ninguna – dije pesadamente.

− Jennie, Lisa y Seulgi han sido muy buenas con nosotras – dijo Rosé. – Seulgi ahora me saluda como si nada, además si Irene ve que es nuestra amiga, seguro se pondrá celosa.

AMOR EN ROSA - JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora