Tres años después...
Era diciembre, había nevado mucho esa noche, Jisoo me había acompañado a comprar el regalo de navidad de Lili, muchas personas iban de un lado a otro.
─ No entiendo por qué sonríes demasiado, hace mucho frío, no me gusta el frío. ─ decía quejándose tras de mi.
─ Me encanta la Navidad, las personas están felices sin importar qué. ─ le decía alegre jalándola de la mano. ─Deberías contagiarte más de la buena vibra de Rosé.
─ Rosé, ella es tan como tu, adornó todo el departamento de cosas navideñas, le dije que era demasiado, pero insistió.
─ Es por eso que me encantan, siempre supe que había algo entre ustedes, eran tan distintas y se complementan tan bien.
─ Supongo que sí, que tu pareja sea tu mejor amiga, es lo mejor que me pudo haber pasado. ─ decía.
Finalmente llegamos a la camioneta, metimos el regalo de Lili y subimos.
─ Cuando Irene tenga a su primer hijo, dejará de enviarle regalos a Lili ─ dijo Jisoo, al ver la gran cantidad de obsequios dentro de la camioneta.
Irene se había casado dos años después de la muerte de Lisa, ahora mi hermano Taehyung y ella estaban esperando un bebé.
Llegamos a la casa de Seo, había adornado todo, no quería que Lili viera su obsequio antes, así que Jisoo me ayudó a envolverlo.
La esfera navideña de Lisa seguía ahí, adornando la casa. Pusimos los regalos junto al árbol y acomodamos todo antes de que Jisoo y Lili llegaran.
─ Listo, muchas gracias, de verdad ─ le dije a Jisoo.
─ De nada, es tarde, debo irme o Rosé me matara, iremos a ver a sus padres y ya sabes como es, nos vemos. Feliz Navidad ─ dijo extendiéndome un abrazo.
─ ¡Hola! ─ oí a Seo abrir la puerta, Lili estaba tomada de la mano.
A pesar de sus miles de abrigos, sombreros y botitas, se veía que temblaba, era tan pequeña. ─ ¡Mami! ─ gritó corriendo hacia mi,.
─ Hola, mi amor ─ dije cargando a mi hija.
─ Vamos a la mesa ─ decía Seo.
Seo, había estado un año en depresión, luego de que Lisa murió, su salud empeoró, pero al final, Lili le ayudó mucho, gracias a ella se repuso, cambió tanto que nunca regañaba a Lili en nada, incluso a veces, yo tenía que intervenir en la educación de Lili, era como una abuela muy condescendiente. ─ Mamá, ¿Qué me trajo santa?
─ preguntaba mirando hacia el árbol navideño.
─ Depende, ¿te portaste bien o mal?
─ Bien ─ dijo rápidamente ─ mi ángel, me cuida mucho mamá.
─ Si mi amor, tu ángel te cuida. ─ dije cargándola.
Fuimos al comedor y ayudé a poner la mesa, preparamos la cena navideña, entre todas, cenamos, platicamos, pusimos música, todo demasiado agradable, pero me acordaba de ella y ya no lo hacía con dolor, ahora cada vez que veía la nieve caer, sentía que ella estaba ahí, nunca la dejé.
Incluso en el verano, cuando me quedaba en casa limpiando, esperando a que Lili terminara sus clases, a veces solía ir al cauce del río, subía el árbol en el que solíamos trepar y miraba el horizonte, me encantaba mirar las aves del cielo, imaginaba que finalmente se había convertido en una de ellas, y que ahora podía ser libre, que hacía de las suyas en el paraíso, siempre soñó con eso, y yo sabía que ella estaba bien, y que algún día nos volveríamos a ver.
─ ¡Mamá! ─ Lili siempre que llegaba de la escuela, me buscaba, me contaba todas sus aventuras, incluso como un día se cayó corriendo en el recreo, prefirió rasparse las rodillas por no tirar unas galletas que le habían costado tres wones, pensaba que era tirar dinero a la basura.
Lili creció tan rápido, que incluso olvido que yo crecí junto a ella, era de las más inteligentes de la clase, leía todos los libros de Seo, y hablaba con tanta elocuencia, como lo hacía Lisa, la eduqué siempre pensando en ella, solo que a diferencia nuestra, Lili no sufrió tanto rechazo, el año dos mil no era tan severo como cuando yo tenía veinte, era muy alegre y tenía muchos amigos, era una buena hija, me ayudaba con el trabajo de la casa, y la panadería que había abierto. Seo, a sus setenta seguía siendo una mujer muy trabajadora, y un gran apoyo, se olvidó de ser tan recta y estricta, Lili la amaba demasiado, le enseñó todo lo que sabía, incluso tocar el piano.
Mi madre, lamentablemente murió antes, casi tenía ochenta años, al parecer tenía un tumor en la cabeza, que fue diagnosticado muy tarde, puede que incluso eso le provocara alucinaciones. Había comprado un columbario en un panteón privado, ahí puse sus cenizas y mandé a grabar su nombre.
"A lado, estaban las tuyas, con tu nombre grabado"
Lalisa Manoban
1950 – 1983
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AMOR EN ROSA - JENLISA
FanfictionLa vida de Jennie Kim era color en rosa, en un país recién recuperado de la guerra de Corea, donde las apariencias y el honor son cruciales para tener una vida ejemplar. Sin embargo, el auge de los años setentas, la moda, el rock and roll y las secu...