Capitulo 3- Oportunidades y coincidencias.

28.1K 1.7K 692
                                    

Ethan Black

Lo asesinaré.

Pasé las manos por mi cabello, frustrado. Mi abuelo se mantenía firme en su decisión, mirándome como si fuera lo más normal del mundo. No he tenido una buena semana, incluso perdí apostando, voy allí casi nunca y cuando lo hago quiero relajarme, claramente no fue el caso.

-No lo haré.

-Como quieras- se levantó de su asiento- Veo que por primera vez Daniel hizo algo mejor que tú, va a casarse en unos meses teniendo veintidós años, ya puede hacerse cargo de esto- señaló mi oficina.

-Pero yo soy el mayor, el heredero directo. La presidencia recae en mi, no en ese idiota- protesté.

-Bueno... en realidad no. Estipulé en mi testamento que quien sea que tome el mando de la empresa debe estar casado al momento de firmar, y tú no estás ni cerca. Ya tienes veinticinco, deberías pensártelo un poquito.

Está arrebatándome esto, por lo que he trabajado sin parar, solo porque no tengo una esposa, increíble. Cada vez se supera más en sus locuras. Venir a Italia solo para echarme, prácticamente.

Pero no puedo permitirlo.

-¿Solo eso? No es difícil casarme abuelo.

-¿Tienes una novia escondida?- se burló.

-Si que la tengo, la he tenido todo este tiempo pero no tengo porque compartir eso con ustedes, es mi vida privada- mentí.

El asintió pensativo.

-¿Y le pedirás matrimonio?

-Ya planeaba hacerlo, pero ya que estás presionándome así claramente para mi felicidad y la tuya lo adelantaré- sonreí falsamente.

-Supongo que puedo seguir confiando en tu palabra, así que está bien, puedes seguir en tu puesto- me señaló con el dedo- Pero necesitamos conocerla pronto.

-Está bien, abuelo.

No. No está bien. Me la he pasado todo el camino a mi próxima reunión pensando en ese estúpido matrimonio. Mentí descaradamente, no tengo ninguna novia ni planeo tenerla, solo son distracciones. Pero ya que necesito una no creo que sea tan difícil de conseguir ¿Verdad?

No son cosas que puedas conseguir así como así.

Eso lo tengo claro. Es una locura. Claramente nadie aceptaría casarse tan rápido sin conocerme. Llevar algo real tardaría, y para ese momento quizá Daniel ya esté casado. Cumpliría con las normas legales y me quitaría el puesto por puro placer, para joderme la vida como siempre lo ha hecho. Idiota.

El chofer se detuvo. Yo bajé del auto sin decir una palabra. Estoy fastidiado, más de lo normal. Levanté la mirada para poder observar el edificio que se encontraba frente a mi. Morgan Company si, aqui es. La verdad es que son socios hace tiempo pero jamás me había tocado venir por mi cuenta, los empleados son cada vez más ineficientes.

Abrieron la puerta para mi rápidamente, caminé a paso seguro hasta el elevador siendo consciente de todas las miradas dirigidas hacia mi. Tengo una reputación, y me agrada decir que no es buena. No me gustan los rodeos ni las personas entrometidas, yo soy las órdenes y si alguien no cumple pues se va.

Entré en el elevador y apreté el número del piso al que voy. Con una mirada fría le di a entender a aquellas chicas que no quería su presencia aquí, simplemente se limitaron a hablar entre ellas. Yo arreglé mi saco.

-¡Señorita!- gritó alguien.

De pronto una chica entró corriendo al elevador, comenzó a apretar el botón repetidas veces, cuando las puertas estaban cerrando sonrió victoriosa, yo estaba estupefacto.

Todo comenzó con un contrato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora