Capitulo 40- Renovando a Black.

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Alison Morgan

Me refugié en sus brazos. Siempre lo he hecho y eso no va cambiar jamás. Podré ser una adulta, muy mayor, pero jamás voy a separarme de él. Es como que cada vez que vuelvo a verlo mis problemas desaparecieran, aunque sea por un momento.

-Te extrañé mucho, Eliot- Admití- me hacías muchísima falta.

-Yo también te extrañé hermanita, ser tan famoso tiene sus desventajas ¿no lo crees?

Yo asentí, mientras sostenía sus manos.

-Si. La semana pasada apenas tuve tiempo de ir al baño- confesé.

-Y te admiro por eso. Literalmente haces mi trabajo y el de papá, juntos. Eres increíble.

-Deberías dejar de halagarme tanto, eso es lo que mantiene mi ego tan alto- bromeé.

-¡Pero si es nuestro hermanito, Eliot!- gritó Daniel, corriendo hacia nosotros.

Yo puse los ojos en blanco, divertida. Daniel apareció y nos envolvió a ambos en un abrazo efusivo. Yo lo tomé con humor, pero Eliot parecía homicida.

-Quítate- amenazó. Daniel levantó las manos, rendido, ocultándose detrás de mi.

-Él es pequeño pero da miedo.

-¿Pequeño?- preguntó Eliot, incrédulo- Pequeño tú...

-Oye- lo corté- educación, estamos en la calle.

Y es verdad, apenas salió del auto y dio un paso por la acera me lancé a abrazarlo. Estamos fuera de la empresa. Y hay gente viéndonos.

-¿Puedes explicarme que es lo hace este imbécil aquí y porqué parecen tan cercanos?

-Es mi futura esposa, mira, aquí está mi anillo imaginario- dijo Daniel, enseñándole su dedo medio con una sonrisa inocente.

-¿Quieres que te enseñe como mi puño imaginario se estrella contra tu rostro?- amenazó mi dulce hermano.

Ellos dos son tan inmaduros. Supongo que debo ser la adulta responsable, como siempre. Decidí invitar a Eliot para tomar un café, Daniel también vino aunque realmente no estaba invitado. Yo estoy realmente feliz de tenerlo aquí de vuelta en casa, pero él solo parece concentrado en tratar de descubrir cómo matar a alguien con la mirada.

-Ali, estoy haciendo una excepción por tu hermano, ya que prácticamente somos familia, pero realmente deberíamos estar en la oficina para seguir con las clases- comentó Daniel, seguido de beber un sorbo de café.

Es verdad. Cuando lo contraté, oficialmente, le ofrecí un salario y un puesto común. Como cualquier otro. Pero lo oí hablar y realmente necesita ayuda, así que decidí dársela. Soy algo así como una mentora, lo estoy convirtiendo en ese empresario respetado que siempre debió ser. Porque no es tan malo... o quizá solo ha cambiado, para bien.

-¿Clases? ¿Qué tipo de clases?- preguntó Eliot, horrorizado- Alison Juliette Morgan Laurent, ¿que clase de cosa le enseñas al inútil?

-Oye, no me digas así- lo regañó Daniel- Solo Alison puede llamarme inútil.

-Le enseño a ser un empresario, a ser mi mano derecha- me encogí de hombros.

-Oh vaya, que emocionante- dijo sarcástico.

-Seré el mejor empresario que hayas visto en tu vida. Bueno, después de Alison, claramente.

-¿Tu le diste un puñetazo?- me preguntó Eliot, ignorando a Daniel- Eso sería tranquilizador, en parte.

Yo lo miré, Daniel aún tiene el labio un poco herido. Ethan si que se pasó, pero es que Daniel lo provocó demasiado con lo que le dijo. Fue gracioso, debo admitirlo, pero tuve que curarle la herida porque el chico me echó la culpa. Así que accedí, después de todo, tenía algo de razón. Él quería hacerlo enojar y le funcionó muy bien.

Todo comenzó con un contrato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora