Todo comenzó con un contrato

Capitulo 30- De idiotas y novias.

Alison Morgan

Maratón 3/5

Abrí la puerta de golpe, Daniel dio un salto en su asiento.

-Daniel Black... ¡Te mataré!- dije molesta. Caminando hacia él.

Daniel se levantó rápidamente, se escondió detrás de la silla.

-¡Soy muy joven para morir!- se cubrió con los brazos.

-Los informes... ahora- ordené.

-Oh. Si los tengo, no me golpees- dijo seguido de tomar una carpeta y entregándomela con cuidado.

Yo revise todo con detenimiento. Y fue tranquilizador, suspiré aliviada.

-Al fin haces algo bien.

Daniel me vio con mucha sorpresa. Y creo haber notado que sus ojos estaban brillando de alegría.

-¿Están bien?- preguntó feliz. Luego carraspeó, volviendo a parecer engreído- Claro que está bien, soy el presidente.

Yo puse los ojos en blanco.

-Eres tan ineficiente que debo decir que es una agradable sorpresa. ¿Seguro que lo hiciste tú?- me burlé.

-No dormí...- murmuró- ¿No ves que llevo la misma ropa? No salí de esta maldita oficina- se quejó.

-Oh. Pues... es tu trabajo- me encogí de hombros.

-Ajá.

-Tu esfuerzo valió la pena, al menos- dije mientras seguía viendo los informes- ¿Presentaste esto?

-¿Eh?- dijo confundido- Ya te lo mostré.

Dios mío. Este chico parece un niño. Ni Eliot es idiota como Daniel. Y eso que es más joven que nosotros. Supongo que los veinticinco años pegan de maneras muy diferentes.

-Tienes suerte de que volviera de Paris. Estoy haciendo tu trabajo- dije sarcástica- Presentaré esto en la sala de juntas, de todas maneras debo ir con ellos.

-Has hecho en un día lo que debí hacer en un mes- admitió- Que te vaya bien, estoy cansado y no quiero ir, esas reuniones son aburridisimas.

Yo me hice cargo de sus asuntos, parecía la presidenta de una empresa que no es la mía. Entré en la sala de juntas, todos me recibieron muy bien, como siempre.

-Buenos días- saludé.

-Buenos días, señorita Morgan- saludaron al unísono.

-Bien, el presidente se encuentra algo enfermo así que yo me encargaré de esta reunión, traigo los informes, no estaba preparada para esto así que improvisaré la presentación. De todas maneras debíamos hablar sobre las propuestas, tengo algunas pero también quiero escuchar las suyas y llegar a un acuerdo- informé.

Creo que la presentación no salió tan mal, al menos puedo improvisar bien, todos me prestaron absoluta atención. Luego pasamos a dar las propuestas de un negocio pendiente, avanzamos mucho en los asuntos del posible marketing, y escuché todas sus ideas. Siempre han hecho muy bien su trabajo. Ahora mismo uno de ellos terminó su presentación.