Capitulo 31- Estoy de vuelta.

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Ethan Black

Maratón 4/5

Con Mack tardamos en instalarnos en Nueva York, y creo que una semana fue suficiente para ponerme al corriente con todo. Compré un departamento para nosotros, Mack lo escogió, el estilo de ladrillos se parece mucho a la esencia de nuestra casa en Berlín. Muy acogedor.

Aún no me hago a la idea de lo que es volver. Y sinceramente cuando me vi parado fuera de la empresa, me armé de un valor impresionante. Dejé toda inseguridad atrás al momento de tomar la mano de Mack y entrar a la empresa que me dio la oportunidad de demostrar todo lo que soy capaz de lograr, y ahora vengo a recuperar lo que siempre me ha pertenecido. La presidencia.

Todos parecían impresionados al verme, y esas expresiones de miedo no hacen nada más que hacerme sentir como en casa. Es bueno saber que nada ha cambiado aquí. Mack parecía ver todo con curiosidad y asombro. Y está claro, ella es una chica sencilla, no acostumbra lujos ni modernidades de este tamaño.

-Ellos parecen asustados- comentó.

-Lo están, y es bueno. Porque si me respetan a mi, deben respetarte a ti.

Entramos juntos al elevador, llegamos rápidamente, no me molesté en saludar a nadie, tengo un objetivo claro, y es quitar a Daniel de mi vista. Afuera de la oficina, en un cubículo, estaba la que creo es su secretaria, ella al verme se sorprendió mucho.

-Señor Black- se levantó de su asiento, temiendo verme directamente a los ojos- Déjeme avisarle al señor Daniel que usted está aquí.

-No es necesario- dije caminando directamente a la puerta.

Al abrir pude notar que Daniel estaba concentrado haciendo algo en su computadora. Probablemente jugando, fingiendo que trabaja, como siempre. El levantó la vista con una sonrisa, pero al verme desapareció todo rastro de alegría.

-¿Que haces aquí?- preguntó, levantándose de su silla.

-Vengo a tomar mi lugar. Y tú estás en mi silla. Mi oficina- recalqué.

Daniel negó con la cabeza al mismo tiempo en el que reía, pero yo no estoy bromeando.

-No. Yo soy el presidente- respondió.

-Ya no. Yo soy el verdadero presidente de la compañía Black, así que toma tus cosas y lárgate. No quiero verte.

-No puedes hacerme esto- dijo con molestia.

-¡Que te vayas!- grité. Mack saltó un poco del susto- ¡Fuera!

Daniel tenía la mandíbula tensa, está furioso conmigo. Y probablemente con toda la familia.

-¿Fue el abuelo, verdad?

-El abuelo jamás te quizo aquí. Y creo que el logro más grande de tu vida no fue más que un engaño. Porque jamás has tenido la presidencia, solo fuiste un peón, una simple fachada- dije burlón- ¿Y ahora? No te queda nada. Seria bueno que aprendieras de la vida. Estás despedido, tú departamento es propiedad de la empresa así que es mío, deberías ir empacando tus cosas.

-¿Planean dejarme en la calle?- preguntó perplejo- También soy un Black.

-El Black que quería dejarnos a todos en la calle. No mereces nada de esto, lo has perdido todo- dije seriamente- Ah, y la secretaria también está despedida.

Tomó todas sus cosas con furia, Mack sostuvo mi mano, yo me relajé un poco. Fui paciente al esperar que él y su posible amante tomaran todas sus cosas, al final Daniel tenía una caja en sus manos, con todas las cosas insignificantes que le pertenecen.

Todo comenzó con un contrato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora