Capítulo VII

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[Pov: Zoe]

Estaba enojada, muy enojada. Ese imbécil acababa de arruinar mi trabajo de horas. Mis pobres y desgastadas uñas, mi espalda que dolía horrible, para que este petulante viniera a arruinarlo todo. Soba su rostro en la zona afectada y al voltearse todo mi cuerpo se paraliza y abro los ojos a mas no poder. De todos los seres de la faz de la tierra, el chico frente a mí tenía que ser exactamente igual a mi amado e idolatrado Byron. Su cabello castaño despeinado, pero aún así no de dejaba de ser elegante. Sus ojos azules me escaneaban con enojo y sorpresa. Las palabras, o más insultos que tenía preparados quedaron en el olvido con semejante sorpresa.

-Criada insolente _espeta la duquesa ardiendo en cólera e impactando su mano contra mi mejilla enviándome al suelo. Me quedo paralizada sin saber qué hacer. No dejo de detallar al chico frente a mí y él hace lo mismo conmigo. La señora que antes me había defendido salió a mi defensa y se posicionó a mi lado ayudándome a levantarme_

-Esto es inaudito, mi hijo merece respeto _dijo la duquesa mirando a la señora y después a mí. Mi cuerpo comenzó a temblar de manera exagerada al recordar lo que había visto en la plaza de ese extraño lugar donde me encontraba. En otras circunstancias hubiera mantenido mi posición firme, pero temía por mi vida_

-Creía que se trataba de otra persona u-duquesa _dije lo más convincente que pude. El chico seguía en shock. Por inercia apreté el brazo de la mujer a mi lado, para mi sorpresa no se apartó_

-Esa es tu tonta excusa, ¿acaso eres ciega? Mi hijo es inconfundible _refutó la arpía incrementando mi enojo y contribuyendo a mis ganas de devolverle la bofetada. Un silencio incómodo inundó el gran salón. El cuchicheo de las empleadas que habían observado la escena era silenciado por la ama de llaves que estaba igual de horrorizada que la señora a mi lado_

-Suficiente, madre. La señorita cometió un error _Habló por primera vez el duque haciéndome estremecer, no solo era apariencia, sus voces eran exactamente iguales_

-No podemos dejar que algo así suceda bajo nuestro techo, es una ofensa imperdonable. Debemos ejecutar a la criada para poner el ejemplo _musitó el tucán mal pintado con esos colores con mal contraste. Creo que un payaso se ve mejor que esta mujer_

-Se lo ruego señora, no le haga daño _suplicó la cocinera arrodillándose frente a esa payasa desempleada que la miraba con superioridad. No sé por qué esa señora se humilla de esa manera cuando no tiene nada que ver conmigo_

-No haga eso, señora _Habló el duque, nos observaba con lástima y eso me desagrada. Ayudó a la señora de nombre desconocido para mí a levantarse del suelo_

-Que no vuelva a suceder… _miró a la pálida mujer y luego a mí_ Por tú bien espero que no te vuelvas a cruzar en mi camino, te aseguro que la próxima vez no seré tan piadoso contigo. _hundí el entrecejo porque sin duda este hombre es de los que se cree el centro del planeta, alguna diferencia tenía que tener con Byron_

Suspiro aliviada porque no seré ejecutada como si estuviera en el siglo XIX. Pero claro está que al igual que su madre este chico no se quedaría con las ganas de humillarme y cobrarme lo que le había hecho. Me envió a limpiar el estiércol de su caballo. El olor nauseabundo me daba ganas de vomitar, ni siquiera tuvo la amabilidad de darme la instrumental necesaria para hacer bien mi trabajo. Terminé resbalándome y llenándome de excremento, las maldiciones por mi parte no se hicieron esperar.

-Maldito duque de mierda _grito a la nada en particular. Me levanto quitando con mis manos lo que puedo. _Sin duda alguna algún día me vengaré de esos narizones estirados. _Refunfuño porque ni siquiera se me ocurre un insulto decente ya que el imbécil tiene una nariz perfecta. Para empeorar mi día no veo absolutamente nada y caigo de bruces al suelo llevándome a alguien conmigo_

-Dios mío, esto es asqueroso _su voz es inconfundible para mis oídos y me repito millones de veces que no es Byron ya que mi corazón se aceleró con su cercanía. No me sorprendería que aquí también exista una mala copia de Lizy_

-¿Podrías alejarte de mí? Apestas _limpié mi rostro con su camisa con disimulo y pude ver mejor. Lejos de estar enojado parecía divertirle la situación. Me levanté del suelo y lo encaré_

-Por si no lo has notado tú también estas cubierto de mierda _Dije y me fulminó con la mirada. Se acercó peligrosamente a mí y decidí atacarlo con sus propias palabras_

-Aléjese, apesta _enarcó una ceja y salió del establo como alma que lleva el diablo. Rompí en sonoras carcajadas con el riesgo de parecer una loca de mierda, o más bien una loca cubierta de mierda_

Los pasillos del área de empleados de la mansión se ensuciaban a mi paso. Entré a mi horrible habitación y tomé algunos trapos que me ayudarían a ocultar mi desnudez ya que considerarlos ropa sería una ofensa. El agua estaba condenadamente fría y casi muero de hipotermia, pero logré mi objetivo. Cuando entré a la pocilga que llamo habitación desde hace un día encuentro a la señora sentada en la incómoda cama tritura espaldas.

-Sieglinde _musitó casi en un susurro. Detestaba que me llamaran así. Es un nombre horrible, aunque eso ya lo había dejado claro antes_

-Mi nombre es Zoe, señora _Comencé a peinarme el cabello con uno de los cepillos que la duquesa tiró a la basura alegando que no servía cuando la realidad es que su cabello parece un nido de avispas_

-No sé qué es lo que te sucede, pero tu actitud ya comenzó a preocuparme _Palmea mi espalda con aflicción en el rostro. No entiendo cuál es el interés de esta mujer hacia mi persona, he sido demasiado paciente con ella ya que me ha ayudado en repetidas ocasiones_

-Agradezco que se preocupe por mí, pero le agradecería que no se inmiscuya en mis asuntos _Señalé la puerta en una clara señal de que saliera de mi “habitación” y sus ojos se cristalizaron con mis palabras. Una aflicción desconocida para mí se instauró en mi pecho_

-Duele escuchar que has dejado de quererme y respetarme como madre _dice entre sollozos y la palabra madre se repite en mi mente una y otra vez_

-¿Acaso dijo “madre”? _Pregunté curiosa pensando que tal vez había escuchado mal. Hizo una mueca de disgusto_

-También olvidaste que soy tu madre, Sie-… Zoe _definitivamente si había escuchado bien, la mujer frente a mí era mi madre en este alocado embrollo en el que estoy metida desde hace 24 horas y temo que si paso un día más en este lugar que ya parece sacado de fantasía victoriana me terminaré volviendo loca_

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