Capítulo XXXVIII

6 4 0
                                    


Zoe;

¿Adelantar la boda? Gruño por lo bajo e impacto mi puño contra la pared de concreto que se encuentra frente a mí. Y no, no hay dolor, ¿cómo pude ser tan estúpida? Limpio una lágrima rebelde que baja por mi mejilla y levanto el mentón. Soy Zoe Lewis en el cuerpo de Sieglinde Evans, y no pienso tirarme a morir por una persona que solo se divirtió con mis sentimientos. Respiro con dificultad y me encamino nuevamente al palacio, ya que había caminado bastante lejos de este. Para ser más exacta frente a una cabaña abandonada. Mi mente decide torturarme con todo lo que sucedió con Maximilian desde el momento que lo golpeé en aquella escalera de la Mansión Feminguer por estropear mi trabajo. El aire me sigue faltando, y aunque intento regular mi respiración, nada parece funcionar. Me apoyo de uno de lo árboles y frunzo el ceño al encontrar el nombre de mi madre grabado en este. Es una hermosa caligrafía he de agregar, meneo la cabeza. ¿Quién será el dueño de esa letra? Mi cabeza saca conclusiones precipitadas y algo descabelladas. Es imposible que mi progenitora me ocultara algo tan importante como eso, en el caso de que lo hiciera, no sé si podría disculparla.

En un inicio la vida de Sieglinde Evans no me importaba, ya que tenía la esperanza de regresar a mi época y retomar mi vida en donde la había dejado. ¿Aún quiero regresar? La respuesta es un rotundo no. Ni siquiera lo ocurrido con Maximilian cambia el hecho de que aquí soy una Zoe diferente. Más importante que eso, tengo una madre que se preocupa por mí. Llego hasta el palacio y reparo a los futuros esposos, estoy lo suficientemente lejos para no ser vista por ellos y lo bastante cerca para detallar como Lizzabeta besa a Maximlian y él le corresponde. Aprieto los puños, culpo a la rabia e impotencia que siento. Llego hasta mi habitación, olvidándome de los deberes que me habían ordenado realizar. Tomo un baño y me dejo caer en la cómoda cama. Observo como tonta la parte de la cama, en la que alguna vez, durmió Maximilian. No sé cuántos días paso sin salir de mi habitación, por primera vez en mi vida, sentí el peso de la soledad. Aunque quise ser fuerte, mis sentimientos por el duque son demasiado fuertes. Pensé que seguiría así, acostada en mi habitación con la única tarea de ver el hermoso dibujo del techo. ¿Por qué no pudo elegirme? Soy una mujer en todo el sentido de la palabra, y no es mi autosuficiencia lo que habla por mí. He cambiado para bien y...

¡Suficiente, Zoe! ¿Por qué me humillo de esa manera tan masoquista? La puerta de mi recámara se abre y me incorporo en la cama. Distingo a una Lizzabeta luciendo un elegante vestido azul, es una lástima que arruinara una pieza tan fina y hermosa con el exceso de maquillaje y joyas. En estos momentos, ella y Maximilian son las últimas personas que deseo ver.

-¿Por qué no estás lista aún? Como nuestra dama de compañía deberías ser la primera en el salón. _Cuestiona Lizzabetta y aprieto la sábana con fuerza. La única vez que me permití salir de mi recámara escuché que la fiesta de compromiso se celebraría pronto, jamás pensé que fuera "tan pronto."

-Ahí estaré en breve, su alteza. _musito, ella asiente y sale de mi recámara. ¿No pudo enviar a otra persona? Incluso Ágata me resulta más tolerable que ella. Ruedo los ojos, entro al baño de la habitación y me decido por un vestido color vino. Dejo mi cabello suelto, el cual cae en hondas hasta mis hombros. No me maquillo tanto, ya que no considero que sea necesario.

Me observo frente al espejo antes de salir, asiento como respuesta afirmativa para mí misma. Hice una buena elección, como la mayoría del tiempo, en ropa, claro está. Camino hasta el salón y sujeto el picaporte de la puerta con más fuerza de la necesaria. Había dicho los últimos días que estaba indispuesta. Niego mentalmente, es la hora de enfrentar la verdad. Maximilian y Lizzabetta van a casarse. Giro el picaporte y entro en el salón, todos los invitados, principalmente los del género masculino, voltean a verme. Estoy acostumbrada a llamar la atención, y créanme que lo disfruto bastante. Aunque hoy, solo me interesa una mirada en particular.

Redención✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora