Capítulo XXXIV

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Zoe;

¿Qué está sucediendo? Es la pregunta que mi mente repite una y otra vez. Las miradas del rey hacia mi madre han dejado de poseer la mínima discreción que empleaba antes. Mi mamá mueve sus manos de manera nerviosa sobre su regazo y respiro tanta tensión en el ambiente que siento que voy a ahogarme. Tomo la copa de agua y la llevo a mis labios, como si alguien leyera mis pensamientos, la cena finaliza y el musculoso guardia me sostiene en brazos, con la intención de llevarme a mis nuevos aposentos. Maximilian lo fulmina con la mirada y yo sonrío con superioridad, ya que no es la primera vez que le lanza una mirada envenenada al chico encargado de "cuidarme." No tengo que utilizar mucho de mi extrema inteligencia para deducir que está celoso, lo cual es de mi agrado. Que sienta un poco de lo que yo siento cada vez que lo veo con esa sombrilla descolorida. Y sí, lo admito, el duque de mierda me gusta. Muy a mi pesar, más de lo que alguna vez me gustó Byron. Tanto el guardia como yo, desaparecemos del radar de los presentes. Me siento realmente incómoda, el vestido que eligí tiene un escote bastante revelador, lo que significa que desde su pocisión puede verme los pechos con libertad. Me cubro un poco con mi mano y él frunce el ceño.

-Sería incapaz de observar a una dama sin su consentimiento. _Asegura, obteniendo mi atención. Sus ojos negros son bastante inusuales, algunos mechones desordenados caen despreocupadamente por su frente. ¿Será natural? ¿Cómo es posible que tenga el cabello tan suave? Tampoco es como si se lo hubiera tocado; pero desde mi posición parece ser sedoso_

Él camina conmigo en brazos, ambos en completo silencio. Me encantaría que fuera Maximilian el que me llevara en brazos hasta mi recámara. Ok, eso fue muy cursi de mi parte. Entramos en mi habitación, me deposita sobra la cama y sale sin decir nada. Suspiro con resignación, ¿qué estará sucediendo en el salón? Me resultó algo extraño que mi madre decidiera ir a su alcoba, suele ayudarme a cambiarme de ropa. Con algo de trabajo, vale, muchísimo trabajo, me despojo del incómodo vestido y me coloco la bata de dormir. Mi mente realiza varias teorías sobre la posible razón del nerviosismo de li progenitora ante la presencia del rey. Mis ojos se vuelven pesados, y cuando estoy a punto de dormirme, la puerta se abre. Me incorporo en la cama y si se tratara de otra persona, me hubiese asustado; sin embargo, era el duque. Lo sé por su perfume, lo sé por la forma en la que se aferra a mis brazos. ¿Qué le sucede? Palmeo su espalda, sus ojos azules son visibles para mí, gracias a la tenue luz de las velas que aún hay encendidas.

-¿Qué sucede? _Prenguto, Maxmilian se aparta de mí con cuidado, acaricia mi mejilla con su mano izquierda. Tiene los ojos algo cristalinos, por lo que frunzo el ceño. Juro que si ese bombillo le hizo algo, me las pagará. Deja un casto beso en mis labios, un beso que le devuelvo con mayor intensidad. ¿Cómo es que se pueden extrañar tanto los labios de una persona? Pues yo había extrañado muchísimo los de cierto de duque_

-Sucede que es agotador fingir delante de las personas. En el único instante donde siento que soy yo mismo, es contigo. Te he extrañado demasiado, yo..._Vuelve a besarme, me aparto para obtener el aire necesario que mis pulmones necesitan para funcionar con normalidad_

-Sé que es agotador, ¿no pensarás continuar con esta farsa por mucho tiempo?

-No, terminaré el compromiso con la princesa cuando el rey Archer se marche. Lizzy debe entender que no la amo, merece un hombre que la tenga a ella en sus pensamientos. Por desgracia para ella y mi madre, la única mujer en mis pensamientos eres tú. _Agrega y abro ligeramente los ojos. Maximilian es sin duda un romántico, ¿cuándo un chico me había hablado así? Niego para mis adentros, en mi siglo, solamente me halagaban por mi figura, en cambio Max, me observa de una forma completamente diferente_

-Eso fue bonito. _Reconozco y él sonríe. ¿Cómo habrá evadido al chico de ojos negros? En fin, eso no es algo relevante para mí. Frunzo el ceño al ver que esconde algo en su traje. Su mirada sigue la mía y sonríe. La pequeña caja de terciopelo queda visible para mí. Al abrirla, una hermosa cadena de oro queda visible para mí_

-La vi hace unos días y no sé la razón; pero tengo la completa certeza de que se te verá hermosa. _Inquiere y, ¿alguna vez han tenido la extraña sensación de encontrarse en las nubes? Pues, ahora mismo, yo me encuentro levitando en el cielo. ¡Maldito duque de mierda! Me ha vuelto una cursi sin remedio_

-Es hermosa Max, pero como podré justificar que esa prenda tan fina se encuentre entre mis pertenencias. _Musito y él sonríe de medio lado, la coloca en mi cuello y deposita un beso en este. Mi piel se eriza al sentir sus labios húmedos. ¡Contrólate, Sieglinde! Hay algo de calor en el ambiente, muchísimo calor_

-Es un obsequio por salvarme la vida. Soy consciente que nadie además de mi madre pondría su vida en peligro para salvar la mía. Eso me demuestra que eres la mujer correcta, me da la completa seguridad de que no me equivoqué al enamorarme de ti. _Confieza y abro los ojos, esta vez, exageradamente. ¿Enamorado de mí? ¿Qué debo responder? Él me gusta, y me gusta mucho, eso ya ha quedado más que claro; pero no sé si esto que siento se puede calificar como amor_

-¿T-tú estás enamorado de mí, Maximilian? _Cuestiono como retrasada, sí, me estoy viendo afectada por pasar tanto tiempo con la duquesa. Max me observa con una sonrisa, me besa una vez más y aunque siento la necesidad de responderle, decido esperar_

-Sí, Sieglinde, estoy completamente enamorado de ti.

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