CAPÍTULO 4"-¿Y por qué no estás muerto?
-Sí estoy muerto"
*Muere la chica por la confesión del chico*___
___
Chico de sonrisa burlona
La muy estúpida no pudo con mi broma.
Era tan solo un pequeñito susto y no lo aguantó. Tenía que desmayarse, ¿en serio?
Puse los ojos en blanco en el momento que cerró sus ojos y cayó al suelo. Suspiré y me agaché para tratar de despertarla, pero no lo hizo así que no me quedó de otra.
La cargué como si estuviera muerta.
«¡Oh no! Una tragedia, "la futura condesa" acaba de morir por una broma» Reí.
Subí con ella en brazos, nadie nos vio. Nadie que no quisiera que nos viera claro.
Pasé a su cuarto y la acosté en la cama, solo le quité los tacones, ni loco la tocaría más de eso, esa niña ingenua no tendría mis manos en ella a menos que fuera para matarla, si es así lo haría con gusto, pero lo tengo totalmente prohibido para mi mala suerte.
Sentí la presencia de alguien más en la habitación y sin siquiera voltear a ver ya sabía quién era.
-¿Qué quieres, Grathen?
-¿Ya la mataste?-preguntó bromista.
Volteé para encararlo, él estaba recostado a la puerta, reí.
-No, solo le hice una broma y no la aguantó.
-¿Qué broma?
-Solo la típica. El pobre chico sufrido en el techo a punto de suicidarse y sas, se lanza al precipicio-río nuevamente, me causa mucha gracias todo esto-, luego solo aparecí detrás de ella para taparle la boca, si no, hubiera gritado como una cobarde y en cuanto volteó y me vio se desmayó.-me alcé de hombros restándole importancia.
-Eres un idiota, pero buena esa-ríe también. Él me entiende, después de todo nos conocemos muy bien-. Debemos irnos, dejala que duerma, disfrutemos la fiesta en honor a la futura condesa.
-No le digas así, ella no será ninguna condesa, jamás dejaría que alguien tan ingenua fuera una condesa. Y deja de coquetear con ella.
-Ay, vamos, yo también quiero divertirme.
-Ni lo pienses.
Abren la puerta, es Orfeo.
-Abajo, los dos. Ya. Déjenla quieta. Se fue temprano por su culpa así que no la molesten más.
-Ya nos íbamos.-Grathen le responde.
-Eso espero.-cerró y se marchó, Grathen también se fue, yo solo me quedé sentado en la ventana observando la noche.
«Creo que se me apetece un bocadillo nocturno»
Alessia
Alessia
Despierta..
Pequeña Alessia *risas* ingenua niña, despierta no seas floja.
Esa voz...
Desperté, miré el reloj que está en la pared. 03:15am.
Otra vez escuché esa voz... Tengo sudor frío en mi rostro y mi cuerpo está temblando. El chico... ¿qué pasó luego de que me desmayé? Estoy en mi cuarto, supongo que alguien me encontró y me trajo hasta aquí. Aún tengo el vestido, pero no el calzado.
Salí de las sábanas y me levanté para cambiarme, dejé que el vestido cayera de mi cuerpo al suelo. Quedé en ropa interior, quité el elaborado moño dejando mi cabello suelto y quité el maquillaje muy bien con una toalla húmeda, saqué una camiseta grande y un short lanoso de pijama, me lo puse y salí de mi habitación.
Tengo un poco de hambre, quizás se deba a que me desmayé, por lo tanto ni cene. El estómago me ruge.
Bajé las escaleras y fuí al refrigerador, tomé un trozo de pastel que encontré y un vaso de agua. Me senté ha degustar el pastel en total oscuridad, con solo la luz de la luna alumbrando.
Disfruto la soledad aunque el recuerdo de aquel chico me atormenta un poco.
Terminé el pastel y volví a subir a mi habitación en medio de pasillos desiertos. Entré y cerré para ir a dormir, o eso tenía planeado hasta que lo vi, el mismo chico de cabello rojo estaba en mi ventana, viéndome muy tranquilo, disfrutando de mi cara de horror.
Casi me da un infarto, agarré lo primero que mis manos tocaron para defenderme y no dudaría en usar lo que fuera.
-¿Quién eres y qué demonios haces aquí?
Frunció el ceño, pero siguió sonriendo burlón.
-Primero que nada no me vas a atacar con un cepillo de peinar, así que baja eso-no le hice caso aunque mi "arma" de defensa personal era inútil-. Y segundo. Esta es mi casa, esta era mi habitación y tercero quien soy no te incumbe, mi nombre es muy bello como para que alguien como tú lo sepa, ingenua.
Su voz...
-Tú eres la voz que escucho en mi cabeza desde que llegué. ¿Co...- cómo? ¿por qué?
- Fácil, ese es uno de mis poderes-«¿po-poderes?» Me pregunté -Sí, po- poderes-rió-. También puedo leer tu mente.
-¿Cómo demo...-? un momento. Te lanzaste del techo del palacio, ¿cómo desapareciste de la nada y por qué no estás muerto?
Bajó de la ventana y vino hacia mí haciendo que retrocediera hasta que mi espalda chocó con la puerta y él quedó frente a mí muy cerca haciendo que me ruborizara, sonrió y bajó su mirada de mis ojos a mis labios.
«Dios... soy yo de nuevo» Su cercanía me producía un escalofrío terrible por todo mi cuerpo. Era extraño.
El cepillo que tenía en mis manos ni siquiera sirvió de nada cuando olvidé que lo tenía, mi respiración se entre corta y se me hace cada vez más difícil respirar. Tengo miedo, mucho miedo y una variedad de sensaciones extrañas que todas conducen a algo malo.
Él en especial es algo malo. Nada bueno puede salir de un chico misterioso, de cabello rojo intenso y que se lanza de los techos casi produciendo en mí una muerte rápida por un fuerte infarto.
Volvió a reír y me miró otra vez a los ojos fijamente con sus ojos grises como la noche misma.
-Dios no te librará de esto, nadie lo hará y respondiendo a tus preguntas, o solo a alguna de ellas; desaparecí porque así lo quise y sí, para tu mala suerte, ingenua. Estoy muerto.
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El príncipe V
VampireEl príncipe V. V de, ¿vida? V de, ¿venganza? V de, ¿vulnerabilidad? V de, ¿qué? V de vampiro, ¿quizás? ¿Qué sucede cuando te mandan a vivir en el palacio de alguien que no conoces y es más extraño que los demás príncipes? Caos, sí. Caos es la palab...