2- Extra de Athan

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Extra

🦇LA BODA🦇
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Sentía dolor en mi pecho, el dolor era fuerte por primera vez porque había perdido a mi madre, estaba destrozado y no me sentía con las mismas ganas de ser el vampiro burlón de la familia porque sin ella está incompleta, pero por otra parte debía ser fuerte pues hoy tendría de la mano a mi nueva familia, más pequeña, pero que amaría tanto como a la primera.

Hoy era el día de la boda, no había visto a Alessia desde el día de ayer y ya ansiaba verla. La boda sería en la iglesia real, estúpido, y mucho contando con que somos vampiros, se consideraría como un pecado, algo hipócrita, pero ella tenía el sueño de casarse de este modo así que acepté que así fuera. Todo por mi chica.

Ya había aceptado que el rojo se había convertido en mi color favorito, el rojo, el vino tinto, todo lo que tuviera que ver con la familia de ese color llamativo. Por ende mi traje sería de color vino haciendo juego con el color de mi cabello y las rosas rojas que había comprado para el ramo que Alessia llevaría en sus manos.

De solo imaginarla entrando en la iglesia con un vestido enorme, con su cabellera negra cayendo por su espalda y hombros, con sus ojos azules mirándome con ese brillo especial, me ponía feliz y opacaba cada sentimiento de tristeza que hubiera en mi negro corazón.

Estoy seguro que al verla me darán ganas de llorar probablemente y de arrancarle el vestido con mis dientes también.

-En poco tiempo serán marido y mujer.

Asentí nervioso.

-Estoy orgulloso de ustedes, Athan. Estoy feliz de que seas el nuevo soberano del reino.

-No empezemos con el sentimentalismo, Drack.

Mi padre negó y sonrió, Grathen se posó a su lado burlesco.

-Vaya, hermanito. Al final sí que te casaras tal y como lo dijo nuestro padre-sonrió aún más -. Y más para mi sorpresa, no me follé a la humanita, vieron, soy bueno para cumplir las reglas.

Orfeo lo fulminó con la mirada.

-¿De qué hablas? Eres experto en romper reglas, tanto que se que te has estado acostando con Chiara, con nuestra empleada, Grathen. Tú y yo hablaremos de eso después.

-Uy-el mencionado miró el reloj invisible de su muñeca-, miren, pero que tarde es, creo que iré a sentarme, ya Alessia vendrá-me miró y dió un apretón a mi hombro-. Felicidades, hermano.

Asentí y sonreí en agradecimiento en lo que él se marchaba, la atención volvió a mi padre que sin preguntarme me abrazó.

-Serás un gran rey, Athan.

No pude más y solo dejé de resistirme al abrazo.

-Todo gracias a tí, Drácula, no eres un monstruo como suelen pintarte. Eres un maravilloso padre, fuiste un gran esposo y sé que serás un excelente abuelo.

Se separó-¿Abuelo?

-¿Crees que no tendré herederos? Por Dios, con una esposa como Alessia claro que quiero llenar de niños el palacio.

Rió.-Iré a buscar a la novia, mantente en tu sitio.

Se marchó. Los pensamientos en mi cabeza se hacían más fuertes, ¿Si quiero herederos? ¿y si los Zabulus buscaban venganza y atacan a mi sangre otra vez? No lo soportaría.

Esfume todo pensamiento negativo. Me puse en mi lugar para esperar la entrada de mi prometida.

Las campanas comenzaron a sonar anunciando su llegada, mi corazón no latía, no podría decir ese típico "mi corazón latió desenfrenado mientras la veía caminar al altar" porque sería mentira, pero los nervios sí que estaban. Alessia entró por las grandes puertas de aquella iglesia y ¡Demonios! se ve radiante.

Me hubiera encantado que su vestido fuera negro, pero por Satán, ese blanco la hace lucir tan pura, tan contrario a mí, tan.... Tan ella, tan serena, la calma en mi mundo de demonios. ¿Como podría no amarla?

Al llegar a mí su cálida piel tocó la mía tan fría, nuestro contraste siempre me agradará. Me acerqué a ella para susurrar en su oído las palabras que siempre juré no usar y que hoy en día no podía parar de decírselo a ella, porque las sentía tan reales.

Con ella todo es distinto y perfecto.

-Te amo, ingenua mía.

Me sonrió y me miró mal, en sus ojos había amor, lo podía ver.

Lo único que escuché del padre en toda la misa fue puro bla, bla, bla, la única parte que llamó mi atención fue cuando dijo que podía besar a la novia, con todo el gusto obedecí.

Tomé a mi mujer entre mis brazos y la besé como nunca antes lo había hecho, con pasión, con amor, con lujuria, pero con el deseo de que ella supiera con ese beso cuanto la amaba.

La coronación sería luego así que por el día de hoy no me preocupe, sería nuestra noche de boda y cuánto la disfrutariamos.

-¿En qué piensas?-pregunté curioso mientras veía el reflejo de mi esposa en el espejo frente a nosotros. Aún tenía el vestido de novia. No por mucho.

-En que soy la mujer de un vampiro. Se siente irreal aún.

Bajé el cierre del vestido y comencé a besar sus hombros.

-¿Preferirías ser esposa de un tipo común, corriente y humano?

Se volteó para mirarme a los ojos.

-Jamás cambiaría mi destino. Soy feliz estando a tu lado y nunca cambiaría eso, aunque seas un estúpido vampiro burlón.

-Ingenua.

Sonreí, ella bajó los tirantes del vestido y este cayó al suelo dejando su piel expuesta, cubierta solo por un encaje en mi color favorito que me volvió loco al instante, sus mejillas se sonrojaron. Ternura, fue lo único que vi en su bonita carita.

El ángel entregado a un vil vampiro.

-No me mires así...

-Mi pequeña ingenua, te miraré de mil maneras distintas y con todas y cada una de esas maneras te haré saber que te amo. Pero hoy conocerás al maldito que hay en mí, no para mal, para bien, tanto que disfrutaras cada momento de placer.

-Nunca me habías hablado así-sonrojó aún más.

Yo sonreí burlón-No quiero que te asustes, ya me conociste en todos los aspectos, menos en lo lujurioso y creo que es el mejor momento para eso.

La tomé en mis brazos y la llevé a la cama, recosté su cuerpo del colchón y me sitúe sobre ella.

Besé sus labios con pasión, ese a penas era el inicio.

-Te amo, Alessia.

-Yo te amo a tí, Athan.

El príncipe V Donde viven las historias. Descúbrelo ahora