CAPÍTULO 17
EN LA OSCURIDAD PUEDES SER VULNERABLE CUANDO NO ESTAS ACOSTUMBRADA A ELLA
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-¿Qué haces tan solita, muñequita?
Esa voz era distinta a la de la vez pasada...
-¿Quién eres y qué quieres?-Me encontraba a la defensiva, miraba a todos lados y me rendí, por más que mirara igual seguiría en la oscuridad.
¡El collar! Lo tomé con una mano y cerré fuertemente los ojos, pero no pasó nada... el brillo no apareció.
-¿Eso importa?-respondió la voz a la pregunta que le había hecho.
-No me hagas daño...
Escuché como reía, como se burlaba de mi fragilidad y de mi estado.
-¿Y por qué no? ¿Por qué tú lo digas?
En cuanto terminó de decir eso sentí rasguños en mis muslos, otro en mi brazo izquierdo y uno en mi mejilla. Ardían y mucho, era un jodido dolor insoportable.
-¡¡Ayuda!!-me desesperé, me levanté y traté de caminar, tropecé y caí, esta vez no había ningún charco de nada.
Me tomaron del cabello y jalaron produciendome un gran dolor, me arrastraron hasta que me hicieron caer en agua. Supuse que estaba en una piscina, antes la había visto, pero nunca había entrado. El problema es... que no se nadar.
Me golpearon la cabeza y ahí... En esa piscina me desmayé, aproximandome a mi muerte y solo me preguntaba. ¿Por qué a mí? ¿Qué he hecho yo?
Grathen
Escuché gritos y lo primero que pensé fue en la humanita.
Me asomé en la ventana y volé hasta el jardín, la vi.
Ella está en la piscina...
Me lancé sin importarme nada, ni mi ropa, ni mi cabello, nada, solo me metí y la saqué del agua.
Estaba inconsciente y toda empapada, se veía tan inocente que me provocaba comermela, pero las reglas son las reglas.
Soy un vampirito muy obediente.
La llevaba en mis brazos, pasé al castillo y la llevé a su habitación ignorando a los empleados de mi padre.
Le quité toda la ropa mojada y me atreví a vestirla también, sonreí, debo decir que es muy hermosa de todas formas, pero algo llamó mi atención... Rasguños, tiene enormes rasguños en sus muslos, en un brazo y en una mejilla.
Luego de vestirla, curé las heridas y las borré con pasar mis dedos por ellas.
-Malditos animales.
-¿Qué haces en su cuarto, Grathen?-Volteé a ver a mi hermano que está en la puerta. Últimamente ha estado muy preguntón con respecto a las situaciones donde esté Alessia-. ¿Y por qué estás mojado?-frunció el ceño y yo sonreí.
-Porque me di una maldita relajante ducha con Alessia en la piscina, tú sabes, jueguitos de ella y yo ya que tú te diviertes con Afrodita.
Su mandíbula se tensó «Oh, hermanito» miró a la inconsciente Alessia en su cama y luego volvió la mirada a mí.
-¿Y por qué está dormida si tanto se divertían?
-Exactamente por eso. Quedó exhausta.-sonreí con diversión.
-Sabes las reglas.
-¿Y qué? ¿Alguna vez las he cumplido?-volví a sonreír con arrogancia.
Él no dijo más nada así que mi expresión cambió a una más seria tomando el asunto ahora sí en serio.
-Los zabulus la atacaron-su expresión también cambió-. La han rasguñado, ya la curé. La lanzaron a la piscina y la dejaron inconsciente, pero sigue viva. Esos malditos no se atreverían a matarla... No creo que quieran otra guerra.
-No entiendo que tiene que ver ella con Alessia, ¿por qué atacar luego de tantos años si ya tienen lo que querían?
-No lo sé, pero tampoco quiero averiguarlo, debemos protegerla. Si tú serás su esposo más vale que en serio la cuides, piensa por una vez en tu futuro reino, en Alessia. Y no pienses tanto en tu inmadurez con las normas de papá.-pasé por su lado y salí de la habitación.
Alessia
Desperté en mi cama, Athan está... dormido en un sofá que hay al pie de mi cama.
Me senté para salir de las sábanas, pero un fuerte dolor en la cabeza me lo impidió, solté un jadeo de dolor y Athan se despertó enseguida.
-¿Qué pasó? ¿Te duele algo?
Asiento-La cabeza...me duele mucho... ¿Qué sucedió?
-¿No recuerdas?
Niego-No recuerdo nada, lo último que más o menos recuerdo es que salí al jardín y me senté, pero... No, más nada.
-Seguro te desmayaste, Grathen fué quien te subió y te ayudó a acostarte.
Puedes quedarte aquí hasta que te sientas mejor, yo te traeré el desayuno.-Athan me confundes.
Sonrió.
-¿Por qué?
-Olvidalo-Me levanté y el dolor punzante volvió, cerré los ojos y cuando pasó me incorporé-Me ducharé, por favor sal.
-¿Y si nos bañamos juntos?
-No... sal de la habitación.
Sonrió, subió sus manos en rendición y salió de la habitación. Toqué el lugar para ver si se había hecho invisible, pero no, realmente había salido de la habitación.
Debo ser cuidadosa porque ese pervertido quién sabe lo que ve cuando está invisible.
Me duché y bajé, mi estómago rugía.
-Hola, cariño-me saludo la condesa a penas entré al comedor, ellos ya están sentados, supongo que me están esperando. La saludé alegremente y di los buenos días a todos.
Me senté y empezamos a comer, al terminar Drack me informa de que se irán y volverán mañana. Me quedaré sola... con Athan, espero no sea muy bipolar.
-Aunque no hablamos mucho quiero que sepas que me agradas un montón, ya eres de la familia y eres muy hermosa.-Drucilla me abraza y yo a ella.
-Espero volver a verte y que pasemos más tiempo juntas, tu también eres muy hermosa.
-Oye, no tengo quince, tengo ciento veinte años.
Así que ella también lee la mente. Sonreí y la volví a abrazar. Afrodita solo me miraba con una ceja alzada y cuando se fueron me enseñó los colmillos disimuladamente para que Drack no la viera. Creo que quería intimidarme, pero no lo logró.
-Y quedamos tú y yo solitos, ingenua.
Volteo y Athan está a centímetros de mí, lo miro mal y bufé.
-Corrección, quedas tú solito porque yo estaré en mi recamara leyendo a gusto.
Me fuí y lo dejé viéndome burlón. Quién sabe lo que se irá a inventar ya que no tiene su diversión llamada Afrodita.
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El príncipe V
VampireEl príncipe V. V de, ¿vida? V de, ¿venganza? V de, ¿vulnerabilidad? V de, ¿qué? V de vampiro, ¿quizás? ¿Qué sucede cuando te mandan a vivir en el palacio de alguien que no conoces y es más extraño que los demás príncipes? Caos, sí. Caos es la palab...