3-Extra

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🦇LA PEQUEÑA SIAN🦇

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Alessia

-¡Athan, no!

-Calma, todo está en orden.

-¡¿Cómo qué todo está en orden?! ¡Baja a mi Sian de ahí!-Gruñí enojada.

-¿Tuya? Nuestra, querida. Nuestra.

Maldito vampiro burlón, si estuviera vivo lo mataría. Traté de volar, pero ese poder aún no me ayudaba del todo.

Athan estaba en el techo del palacio con nuestra hija, la lanzaría, el muy maldito lo haría, ¿su excusa? Quería que aprendiera a usar su poder, pero era tan pequeña que me aterraba.

-¡Athan, bajala!

Esto me traía tantos recuerdos, idiota ese.

Su sonrisa burlona prevalecía en su rostro, mi pequeña no se veía aterrada, más bien se veía divertida e igual de burlona que su padre.

-Estaré bien, mami.

-¿La escuchaste? Ella estará bien.

Y sin más la lanzó. ¡Juro que lo asesinare!

Sian lo logró, voló y su rostro estaba lleno de alegría, cundo vino hacia mí su poder falló y en ese momento si se asustó. No era mucha la distancia ya, traté de atraparla, pero fue inútil. Mi pequeña se estrelló en el suelo y aunque ella estaba muerta de la risa yo estaba atemorizada.

Corrí hacia ella y la tomé en mis brazos.

-Oh, Dios. Sian, mi pequeña, ¿te lastimaste?

Me abrazó y luego me miró.

-No, mamita, pero mira-me mostró su manita y ahí, muy pequeñito estaba un diente de leche, con la caída se le cayó.

-El vampiro de los dientes te traerá dinero.

Miré a Athan con unas inmensas ganas de estrangularlo, bajé a Sian, la dejé en el suelo y avancé hacia mi marido, él por su parte solo reía.

-¡Eres un...!

-A ver, Alessia, ¿que soy?-me retó burlesco.

Le iba a dar un golpe en el pecho, pero su mano detuvo la mía y me sujetó fuerte a su pecho.

-No les haría daño a las ingenuas de mi vida, Alessia, ustedes son mi todo.

-Aunque nuestra hija sea inmortal, no hagas que me aterre de esa manera más, por favor. No sabes lo angustiada que estaba.

-Perdoname, no lo hice para aterrarte, lo hago porque ella es vampiro, debe aprender de este mundo tanto como el de humanos.

-¡Mami, mami!, mira lo que encontré.

Le di un beso fugaz en los labios a Athan y me volteé para prestarle atención a mi pequeña vampirita.

-¿Qué es eso, Sian?

-Mucielago.

-¿Un murciélago? ¿dónde lo hallaste?-preguntó su padre tras de mí.

Sian estaba a punto de llorar, se le escapaban pequeños sollozos. Señaló un árbol no muy lejos de aquí y luego nos miró con sus ojitos entre el azul y gris, al borde del llanto.

-Esta herido.

El animalito chilló acompañando a mi pequeña en su drama.

Miré a Athan y suspiré.

El príncipe V Donde viven las historias. Descúbrelo ahora