El príncipe V

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CAPÍTULO 30

TÚ JUNTO A MÍ
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Aún mirando a Athan sentía que el corazón hacía una maratón y quería escapar de mi pecho donde a estado siempre. Creo que quiere escapar he ir a vivir al lado del corazón del vampiro burlon.

－¿Tú hiciste esto?－le pregunto aún maravillada.

Él sonrió y me pasó la mano por el cabello despeinandolo como si yo fuera una niña y él fuera el padre juguetón.

－Obvio, bobis－dijo haciéndome sonreír. Tomó mi mano otra vez－. Ven.－Me llevó a la cama y nos sentamos en silencio, un silencio un poco incómodo porque no sabía lo que me querría decir.

Rompí el silencio incómodo con una de mis preguntas preguntosas.

－¿Cómo trajiste una cama hasta aquí?

－Eso no te incumbe, ingenua.

－¡Deja de llamarme así, idiota!

－Ingenua.

－Idiota.

Se alzó de hombros－Ingenua.

Bufé y le di un manotazo en el hombro.

－Idiota.

－Por agresiva ya no te diré nada.

Abrí mi boca y fruncí el ceño indignada. Curve mis labios hacia abajo mientras me alzaba de hombros y me levantaba de la cama.

－Bien. Al cabo que ni quería.

Estaba por irme, pero me quedé quieta en el lugar observando los enormes árboles y me di cuenta de que no se donde demonios estamos así que no sabría regresar sola al palacio.

－¿Perdida, pequeña ingenua?

Volteé hacia Athan como la chica del exorcista, él estaba con su sonrisa estúpida burlona.

－Juro que si me vuelves a llamar ingenua te pateare el trasero.

Soltó una carcajada y me crucé de brazos.

－Ingenua.

－¡Hasta aquí!－fui a la cama y traté de propinarle un golpe, pero me tomó, me lanzó a la cama y empezó a hacerme cosquillas.

－¡Para, para! Por favor...－no podía parar de reír, ya me estaba quedando sin aire y las lágrimas salían mientras seguía riendo con los ojos cerrados.

Cuando Athan se detuvo volví a respirar y lo miré encontrándome unas hermosas esferas grisáceas acompañadas de unas enormes pestañas, unos labios carnosos y un vampiro extremadamente bello. Me dejó sin respiración otra vez haciendo que mis mejillas ardieran como siempre que estoy tan cerca de él.

－¿Me besaras?－fue lo único que pude pronunciar por su cercanía.

Él sonrió y me respondió juntando sus labios con los míos en un dulce beso bajo la luna. Perfección, solo con eso puedo definir esto.

Al separarse de mis labios se sentó, también me senté y estuve atenta a lo que hacía.

－No sé cómo decirte lo que quiero contarte.

－Solo hágalo, príncipe Athan.

Sonrió－Nunca me habías llamado así.

－Pero debo hacerlo. Estuve tanto tiempo en un orfanato, lejos del mundo, lejos de un pueblo como Transilvania y por eso nunca supe cómo tratar a la realeza, pero viviendo aquí son tan distintos. Me encantan los cuentas de la época antigua, pero también me encanta que ustedes como realeza estén tan modernizados. Creo que empezaré a llamarte alteza porque siento que estoy en una película de castillos y fantasia, con reyes, plebeyos, doncellas, caballeros con brillante armadura y todo eso.

Athan torció sus ojos y sonrió.

－Bien, como quieras, doncella.－me sonrojé, juro que lo hice. Y... otra vez esa seriedad en su cara－No me quiero casar, pero debo hacerlo por mi destino, por mi familia y por mi reino. Eres mi damisela, mi futura esposa y la próxima condesa de Transilvania tomada de mi mano, por supuesto. No me negaré a eso porque con el tiempo sé que llegaré a amarte, a protegerte, a cuidarte y a valorarte como tanto te mereces. Sé que si un día caigo en las garras enemigas tú serás una buena líder como lo dijo mi padre.

Pasó su mano por mi mejilla acariciándola y llevando un mechón de mi cabello hacia atrás de mi oreja.

－Yo...

－No he terminado...－cerré mi boca y asentí para que prosiguiera－Si te entregas a mí en cuerpo, mente y corazón yo estaré a tu disposición. No te pido que lo hagas hoy, pero si lo llegas a hacer en algún momento, ten por seguro que todo de mí será entregado a tí, si me llegas a fallar prefiero que busquen una forma de matarme a mí porque no podría vivir sin tí. Si alguna vez yo te fallo me entregaré como sacrificio a Satán. No tengo más para decirte solo... Sé mi novia, Alessia.

Las manos me sudaban, el color rojo teñía mis mejillas y mis pensamientos estaban descontrolados.

－Te pido que no juegues conmigo de esa manera, Athan... No creo soportar más tus bromas.

－No estoy jugando, nunca en mi vida había dicho algo tan real como lo que estoy diciendo ahora.

－ Entonces no tengo nada que decirte... Es decir sí, pero...－ agaché la cabeza－. Si es cierto eso que dices entonces aceptaré estar contigo, ya no solo como una obligación si no como una decisión tomada por mí, que la luna selle nuestra charla y que sea ella testigo de que prometiste estar junto a mí y yo prometo no fallarte.

Athan levanta mi mentón para que lo mire.

－Jamas agaches la cabeza, ni porque te sientas intimidada, y mucho menos por miedo. Ten siempre la cabeza en alto.

Juntó nuevamente sus labios con los míos sellando el pacto entre los dos. Como dije, la luna fue testigo de nuestra unión, nombrado como pecado, pero olvidando todo rastro del pasado tortuoso que nos perseguía.

Esa noche todo fue mágico, todo fue espléndido, pero no sabíamos lo que nos depararía el día siguiente en aquel baile mencionado por la Condesa Elizabeth.

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Hola, preciosas. ¿Cómo están? Quería recomendarles un libro, es de una amiga y quiero ayudarla. No están obligadas a leerlo, pero pueden pasarse por su cuenta para echarle un ojo a su historia. El libro se llama: "Tan cerca pero tan lejos" autora: JasiBalerion20