XV

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CAPÍTULO 15

SÓLO POR ESTA NOCHE TÚ Y YO DECIDIREMOS NUESTRO DESTINO.

_____

-¡¡Hey...Athan, espera!!-Athan literalmente me está sacando del palacio. ¿Y a dónde vamos? No tengo ni la menor idea, pero va muy de prisa con mi mano sujetada a la de él.

-Cállate y vamos-lo escucho reír y me jaló más rápido.

Llegamos a una salida del palacio que no conocía, pero desde donde estamos se ve una colina y el sitio es solitario, transmite paz.

Miré todo el paisaje y luego lo miré a él.

-Quiero que vueles conmigo.

Reí fuertemente por la broma que me estaba haciendo, tuve que poner la mano en mi estómago porque me dolía de tanto reír, él me miraba con el ceño fruncido. Respiré y me calmé.

-Que buen chiste, Athan.

Frunció más el ceño y luego subió una de sus cejas.

-No es broma.

Abrí mis ojos en sorpresa y fui retrocediendo poco a poco.

-Oh no, no, no, no, para nada. No haré eso.

-Vamos, Lessia. Te gustará.

¿L-lessia? ¿Me dijo Lessia? Nadie me había dicho así jamás, ni por ningún diminutivo de mi nombre...

-Las alturas me dan miedo...-Me sonrojé y bajé la mirada para que no me viera.

Tomó mi mentón para que alzara la mirada hacia él.

-No te dejaré caer, lo prometo.

Asentí y él sonrió para luego voltearse y señalar su espalda. Duré un rato sin entender hasta que él dijo:

-Sube.

Me cargó en su espalda mientras yo me aferraba de su cuello y mis piernas lo abrazaban para no soltarme. En cuanto se medio agachó para tomar impulso y sentí que empezamos a volar luego de que él dió un salto cerré los ojos pues me aterraba la idea.

Estuve un rato así: con los ojos cerrados y bien aferrada a él.

-Abre tus ojos, Alessia-Moví mi cabeza en negación, pude imaginarme su sonrisa burlona-. Ábrelos, no te arrepentirás de la vista.

Abrí los ojos por su insistencia y de verdad no me arrepentí. La vista me dejó maravillada.

Sonreí con alegría.

-¿Te gusta?-me preguntó mirándome por encima de su hombro.

El cielo está bañado por los magníficos colores del atardecer mientras el sol se esconde para darle paso a la luna junto a las estrellas. Me atreví a mirar hacia abajo y estábamos volando encima de un precioso lago de agua cristalina y sin más respondí la pregunta que Athan había hecho hace poco.

-Sí, me fascina.

-¿Me quieres acompañar a tocar las nubes?

Sólo sonreí y él lo notó. Voló más alto dejándome tocar las pocas nubes grandes que quedaban en el cielo. Mi mano tocó estas y sonreí aún más, se sentían como algodón.

Luego de estar volando un rato descendió del cielo y aterrizó en un enorme campo de flores amarillas.

Lo único que iluminaba a este hermoso lugar era la llegada de la luna y el brillo de las estrellas.

El príncipe V Donde viven las historias. Descúbrelo ahora