Un pequeño error pt 2

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Capítulo anterior

Los nombrados papá y mamá entonces comenzaron a reaccionar y a tientas comenzaron a reincorporarse con la ayuda de los guías, quienes conforme los ayudaba se iban quedando cada vez más impactados por lo que veían al igual que los niños y Alúmini.

—¿Qué? ¿Qué pasó?

Se preguntaron los aturdidos padres al mismo tiempo, viendo extrañados que la ropa que llevaban puesta les quedaba muy grande, para después verse entre ellos y mirar en el uno y el otro una imagen que no habían visto desde hacía 17 años.

—¡¿QUÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ???¡¡¡¿PORQUÉ PARECES DE 15 AÑOS?!!!

Capítulo 76.

Un pequeño error

Parte 2

—Pero ¡¿Qué está pasando?!

Se preguntó el desconcertando Hiccup, levantándose precipitadamente del suelo, tan rápido que perdió el equilibrio al sentir algo muy extraño en su pierna izquierda, la sentía demasiado pesada a como recordaba.

—¿Qué rayos? —se quejó, pues se golpeó la cabeza contra el piso.

Los presentes, incluyendo a una Astrid que se apartó con incredulidad el flequillo de la cara, vieron boquiabiertos lo que había causado el desequilibrio del ahora adolescente hechicero.

—Hiccup...—balbuceó Toothless, señalando lo que era evidente.

El muchacho al verlo fijó su mirada hacia lo que su guía señalaba y quedó igual que ellos. Estaba de nuevo ahí. Tenía de nuevo su pierna izquierda. Era real de carne y hueso.

—Pero...

Antes de dejarse llevar por la emoción, vio a la persona que estaba frente a él. A su Astrid, y parecía una niña, o más bien una joven a como la recordaba a sus 14 o 15 años, así que algo muy raro estaba pasando.

—Necesito un espejo.

De nuevo intentó levantarse, ahora siendo ayudado por Toothless. Cuando finalmente lo logró, corrió hacia el baño, con algo de dificultad, pues le faltaba un zapato y el otro le quedaba grande, así como la ropa, y pronto comprendió el motivo, pues al verse en el espejo, vio una imagen que nunca esperó volver a ver de sí mismo.

—¡¡NO PUEDE SEEEEEEER! —gritó espantado frente al espejo.

—Esperaba que fuera mentira, pero creo que es verdad. —apareció Astrid por detrás de él en el reflejo.

—Pero, pero, pero, pero, pero... ¡¿CÓMO?!

—¿Todavía lo preguntas? —cuestionó Astrid con obviedad, echándose el flequillo hacia atrás.

Hiccup lo pensó por unos segundos y luego reparó en quién podría ser el causante.

—Ay, dioses... ¡NUFFINK!

.

.

.

En la sala, donde los demás habían optado por esperar, el menor de toda la casa sintió un escalofrió al escuchar su nombre retumbar dentro del cuarto del baño; sin embargo, cuando de este salió un muchacho descalzo, con el pantalón roto de la parte izquierda y muy ajustado de la cintura con el cinturón ya no se sintió tan amenazado, al contrario, casi se le escapó una risita, aunque cuando vio a la chica que lo acompañaba se abstuvo, ella si le causó mucho miedo.

—Nuffink... ¿qué hiciste? —preguntó Hiccup, yendo directo al grano.

—¿Tú eres mi papá? —preguntó el menor para cerciorarse.

La maldición que nos une (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora