La maldición que nos une (TERMINADA)

Advertencia

Notas de autora:

Hola, por fin estoy aquí con un nuevo capítulo. Para los que no sabían o no les interesa (igual lo pongo) tuve un accidente de auto hace dos semanas y quedé algo lesionada además de todo el estrés por los trámites post choque me imposibilitaron el poder actualizar, a la fecha sólo tengo molestias menores que supongo que el tiempo sanará o que permanecerán por largo tiempo, no sé en realidad y en cuanto a los daños aun estoy en espera de la resolución.

Agradezco mucho a todas las personas que me mandaron sus mensajes con buenos deseos ya sea por wattpad, fanfiction o Facebook, agradezco demasiado su comprensión como no tienen idea. <3

Sin más preámbulos los dejo con el siguiente capítulo. Saludos.

Capítulo 71

Advertencia

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2:00 a.m. Ciudad de Berk.

La ciudad estaba en paz y oscuridad, salvo las múltiples luminarias que iluminaban tenuemente algunas calles de comunidades y avenidas importantes. Era escaza la gente y autos que transitaban por las zonas comerciales o departamentos, en donde a estos últimos se les podía apreciar con una que otra habitación encendida a través de las ventanas cubiertas por cortinas.

En uno de aquellos edificios departamentales, precisamente en la azotea, donde las luces de las luminarias ya no alcanzaban a llegar, aparecieron diversas y oscuras figuras tanto humanas como no humanas.

Uno de estos, destacando sobre el grupo, dio unos pasos hacia el frente y se colocó en la orilla del edificio departamental. Con ojos ensombrecidos por la capucha y un flequillo oscuro, observó la ciudad durmiente a su alrededor, después, levantó su mirada, fijando su vista hacia un punto en el cielo en donde mentalmente visualizó una escena del pasado: Un hombre cuya alma estaba siendo calcinada por una espada mágica y cuyo cuerpo terminó desapareciendo por el corte de un hacha que destellaba una radiante luz.

—Señora, ¿qué hacemos aquí? — se atrevió a preguntar un ser con una singular figura de un dragón, pero sin alas.

La encapuchada se tornó hacia él y al resto de sus súbditos.

—El momento que he esperado se acerca. —respondió, con una voz que imponía autoridad. —Lo que he anhelado por tantos años pronto lo tendré en mis manos, pero para lograr mi objetivo, necesito a los mejores hechiceros, los necesito. —dijo, como un líder a su ejército. —Y a quien me sirva lealmente, créanme que siempre le compensaré bien...

Dicho aquello, sacó de entre sus ropas un pequeño reloj de arena, cuyos granos eran de un hermoso color dorado.

La silueta del dragón se sorprendió al ver dicho objeto. El color de arena de ese reloj le trajo recuerdos de cuando robó aquel poder que provenía de un egni dorado de un pequeño niño; a la vez pensó en su amo, ese muchacho idiota que no había errado del todo en su teoría, aquella que nunca pudo decirles a sus enemigos.

—Con esto pagaré la deuda con alguien que sirvió fielmente a mí, como muestra de que sé recompensar la lealtad. —Continuó la encapuchada.

"¡Magia del tiempo, trae de vuelta a quien alguna vez existió aquí...!"

Recitando el conjuro con el reloj en alto, este reaccionó emitiendo un destello color dorado en conjunto con un egni oscuro que parecía profanarlo. Los presentes observaron con asombro como en lo alto algo comenzaba a aparecer en forma de muchas partículas que parecían reunirse para formar algo o más bien a alguien: Un hombre. Un hombre que parecía moverse en reversa pues inicialmente se le pudieron notar diversas heridas que pronto comenzaron a sanarse por sí solas. Y no sólo él fue quien apareció, también en el suelo de donde ellos se encontraban comenzó a formarse un objeto: un tablero de invocación.