Raizel. Parte 1

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Capitulo anterior.

—¡¿Raizel?! —pronunció casi espantado.

—¡¿Hiccup?! —exclamó también ella, en su rostro se podía reflejar asombro e incredulidad.

¿Qué hacía ahí? Fue lo primero que pensó el hechicero aún sin poder creerlo, mientras que ella...

—Hiccup... —reaccionó con lagrimitas en los ojos. —¡Dioses! No puedo creerlo, ¡Sí eres tú!

Gritó emocionada, lanzándose hacia él para envolverlo en un "tierno" abrazo.

Capítulo 59.

Raizel.

Parte 1

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"Oww... ¿En serio Hiccup?... ¿No te acuerdas ni un poquito de mí?"

¿Crees que he crecido? ¿Qué estoy bonita?

"Tú siempre has sido muy atractivo."

¿Quieres que yo sea tu primera vez?

"Hiccup, te quiero... pero sólo como amigo. Lo sabes."

"Es sólo diversión, eres mi canita al aire antes de casarme."

"Eres un buen chico Hiccup. Ya no pierdas tu tiempo conmigo..."

Aquellas palabras y más resonaban en la cabeza del hechicero que, estático, ni siquiera pudo reaccionar al afecto que le estaba brindando su "vieja amiga", esa mujer de la cual había estado obsesionado por mucho tiempo.

La mujer de cabello bicolor ni siquiera era consciente de la conmoción que le estaba causando a su conocido y siguió apretándolo con fuerza, como tal una persona que había extrañado a otra y que no veía desde hace mucho.

No fue hasta que Hiccup sintió el apretón más fuerte en su espalda que reaccionó y lo primero que hizo fue parpadear para volver al presente.

—Hiccup, Hiccup... realmente eres tú. —volvió a decir ella, separándose un poco de él.

Él seguía impactado, viendo como esa mujer la veía con la ternura que la caracterizaba y encantaba a los hombres.

—Raizel... —fue lo único que pudo decir, aun sin creerlo.

—Ay, sí... Hiccup, soy yo... reacciona. —le dijo esta zarandeándolo juguetonamente.

Hiccup entonces se separó de ella, sintiendo su corazón latiendo con rapidez.

—No has cambiado nada. —observó ella con una sonrisa. —Sigues siendo el mismo dramático de siempre.

—¡¿Qué?! —exclamó él, con una mueca de gran confusión. —No... espera...

Sacudió su cabeza para tratar de hablar con coherencia, pero se le hacía imposible, aun no le entraba en la cabeza de que ella estuviera en ese momento con él, actuando con total normalidad, cuando él en lo único que podía pensar era en ¿Qué hacía ella ahí?

Que ella le respondiera esa pregunta era lo único que quería, así que creyó que tenía que ser directo y preguntárselo. Abrió la boca y alcanzó a balbucear algunas cosas poco coherentes, cuando de pronto, algo dentro del bolso de ella comenzó a sonar ruidosamente.

—Oh... discúlpame un momento.

La despreocupada Raizel ignoró a Hiccup y sacó de su bolso su celular y como cualquier otro ser lo contestó, dándole la espalda a su conocido. Hiccup más se confundió, en especial por las cosas que alcanzó a escuchar de esa llamada telefónica.

La maldición que nos une (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora