Año 2019.
—Que bonitos recuerdos...—habían susurrado ambos al mismo tiempo.
Con una tormenta en el exterior y aún atrapados en la cabaña, Hiccup y Astrid, cada uno por su lado, habían recordado los eventos posteriores a la llegada a ese mundo, pero todo esto percibido como si lo hubieran visto en tercera persona.
Había sido como ver una película y no les cabía en la cabeza que hubieran vivido momentos tan emotivos y con personas que ahora ni siquiera recordaban. Se sintieron mal, en especial Astrid, porque de una forma u otra no se sentía que esa persona que había visto en esas memorias fuera ella, era notable el cambio de su versión hechizada a lo que originalmente era.
Se encorvó inquieta en la cama, y cayó en cuenta de que seguía desnuda, por lo que sólo se cubrió con sus brazos su frente dejando su parte trasera expuesta ya que estaba de lado de la pared y no podía tomar el cobertor de la cama con facilidad desde ese lado, y tampoco quería girarse, pues del otro lado estaba él, en las mismas condiciones.
Hiccup por su parte, después de recobrar aquellos recuerdos comprendió algunas cosas: el cómo habían terminado en su actual casa, por qué había aceptado el trabajo en la concesionaria, la decisión de poner el oro en el banco entre otras cosas, todo aquello había sido por consejos de personas que los habían acogido y que había olvidado hasta ese momento.
Eran bonitos recuerdos, reflexionó melancólicamente, pero a pesar de que todo eso hubiera sido muy hermoso, no consideraba que se pareciera a su yo hechizado, el cual era más feliz y relajado de lo que él era. Ciertamente se consideraba más calculador y estratégico y de estar en las situaciones en las que estuvieron creyó que hubiera actuado en algunas cosas igual sin la necesidad de ser aconsejado, en pocas palabras veía a su yo como una versión más tonta de él. pero también más humana.
Le dio la razón a Dagur, cuando este le dijo que la relación con Astrid era perfecta pero irreal, pues no hubo ningún momento en donde ellos dos discutieran, no, definitivamente no eran ellos, reflexionó melancólico, los felices Hiccup y Astrid del pasado no eran más que el resultado de un hechizo.
Los verdaderos, eran los que ahora estaban en esa cama silenciosos y melancólicos por lo que acababa de suceder entre ellos.
Capítulo 45
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Conversación en una noche de lluvia.
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La tormenta seguía azotando con fuerza todo lo que había en el exterior, se podía percibir la brusquedad de su potencia con tan sólo escuchar el soplo por debajo de las puertas, la vibración de las ventanas y las gotas que golpeaban la casita de madera.
Aún así, con todo aquel escándalo, las dos personas que acababan de protagonizar un acto que se podría decir era algo natural en los seres humanos, seguían sin poder moverse de su lugar y menos después de haber tenido una oleada de recuerdos; sin embargo, el calor al que habían sido expuestos sus cuerpos pronto se comenzó a perder y el drástico cambio de temperatura empezó a ser notorio.
—Aichu...
Hiccup se inquietó al escuchar un pequeño estornudo y girándose un poco de su posición y despertando completamente de su ensoñación, cayó en cuenta de que seguía en la cama con ella. Un ligero sonrojo se hizo visible en el tronco de su nariz al ver su parte trasera completamente expuesta, y tal parecía que ella también estaba consciente de que estaba siendo observada pues se engarruñó más de lo que podía, tratando de cubrirse inútilmente con sus brazos.
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La maldición que nos une (TERMINADA)
Fiksi PenggemarEn una sociedad oculta y dominada por la magia, un par de jóvenes rivales se verán envueltos en un hechizo del que no se podrán librar tan fácilmente. ¿Cómo deshacerse de un hechizo donde la sangre de ambos está involucrada? (TERMINADA) Portada por:...