21 años después.

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Hola buenas tardes.

Aquí otro capítulo de este fic.

Solo unas notas antes de empezar:

1 estoy haciendo un revoltijo con esta historia que ni yo qué onda.

2 algunos personajes, tanto de la serie como OC, aparecerán, pero no serán muy relevantes

3 aquí los dragones son de tamaño bolsillo y sólo sus amos pueden entenderlos. (no habrá carrera de dragones, fue difícil decidir eso :c)

4 Es seguro que incorpore ideas basadas en trollshunter

5 habrá muchos flashbacks, por lo cual pueda haber algunos huecos de repente.

Ahora sí, a empezar.

Año 2008

En los fríos y desolados desiertos árticos del mundo oculto, un hombre encapuchado y abrigado entre un montón de pieles, caminaba sin parar entre los vastos suelos cubiertos de nieve. Su destino: una montaña que, entre la oscuridad que inundaba en ese lugar, apenas era perceptible a los ojos humanos y animales. 

Anduvo por kilómetros caminando, llevando solamente consigo una gran mochila que contenía un equipo para acampar, y de acompañante, sólo tenía a su guía espiritual que, fielmente, se mantuvo en silencio hasta que su amo llegó al borde de la montaña la cual visiblemente parecía un enorme muro de hielo. 

Conociendo bien a dónde iba, el hombre caminó a lo largo del muro hasta que llegó a punto medio, ahí, colocó su mano sobre el hielo y comenzó a recitar un hechizo.  Al sonido de sus palabras, el hielo que tocaba comenzó a desquebrajarse y pronto estalló en pedacitos revelando que, detrás de este, había unas escaleras.

Hombre y acompañante bajaron lentamente por aquel sinuoso camino que, de entrada, era totalmente oscuro y frío; sin embargo, conforme bajaban, el espacio poco a poco comenzó a adquirir y a revelar una enorme y fantasiosa caverna de hielo.

Estalactitas y estalagmitas eran las principales características de aquel asombroso lugar, pero, lo que en realidad buscaba aquel hombre era a la persona que habitaba en lo más profundo de la caverna. 

Conforme más se acercaba, divisó el espacio al que llegaría el cual estaba vagamente decorado con algunos muebles que estaban alrededor de los  inmensos picos de hielo, a excepción de un espacio central que era ocupada por un pozo que expulsaba un fuego verde, y por encima de este, había un caldero con un merjurge hirviendo, y frente aquel objeto una persona, una mujer de alrededor de unos 45 años, vestida completamente de negro y que veía atentamente al caldero. 

La maldición que nos une (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora