Un pequeño error Pt 3

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Capitulo anterior.

—¿Por cierto? ¿Tú que te pondrás? —preguntó Alúmini al ver que su amo adoptivo sólo traía una camisa y un short y estaba completamente descalzo.

—Ropa... ¿pues que más?

—Eso es obvio. —rodó la guía los ojos

—Sí, ya se a lo que te refieres y no te preocupes, ya la mandé a pedir, y debe estar a punto de llegar.

—¿De pedir? ¿A quién?

Justamente en ese momento el timbre de la casa sonó, Hiccup, con nervios se levantó de su asiento para atender la puerta. Los que aguardaban en la cocina posteriormente sólo escucharon un:

"No digas nada"

Y en seguida se escuchó una burlona y muy ruidosa carcajada.

Dagur había llegado de visita.

Capítulo 77.

Un pequeño error

Parte 3.

—Que bueno verte Dagur. —saludó Hiccup viendo con cara de pocos amigos a aquel que frente a él se burlaba a más no poder de él.

—¿E-e-e-en serio eres tú? ¿Hiccup? —señaló el burlón jefe, dejando salir algunas lagrimitas de sus ojos, mientras sostenía su abdomen con fuerza al ya no poder contener el dolor causado por la misma risa.

—Sí, sí... jajaja... mucha risa. ¿Trajiste lo que te pedí?

—Sí, tamaño pingo (*) para ti. —continuó el pelirrojo con sus burlas, entregándole una bolsa. —Y también lo otro que me pediste. —dijo entregándole otra bolsa de papel pequeña.

Hiccup lo tomó sin mucho humor.

—¿Qué tanto escándalo hacen ustedes dos? —se escuchó de repente por detrás de él.

—¿Astrid? —señaló el recién llegado, sorprendido al verla tan joven.

—Sí, sí... —respondió esta gruñona, cruzándose de brazos.

—No te recomendaría burlarte de ella. —aconsejó Hiccup susurrante.

—Por supuesto que no. —meditó Dagur. —Ella sigue viéndose igual de ruda. Ahora entiendo porque le tenías miedo. Tú pareces un fideo.

Golpe bajo para el adolescente Hiccup, cuya autoestima había caído otros 10 puntos.

—Aunque que flaca estabas Astrid y ese cabello qué onda, que horrible lo tenías.

—Ah... ¿sí? ¿Horrible? —respingó la hechicera, sintiendo un tic en el ojo, y comenzando a sentir una gran necesidad de invocar a Sky para darle sus respectivos agradecimientos al detective.

—No le creas amorcito. —se interpuso el Hiccup nervioso entre ellos. —Tú eres preciosa y mira... ¡Te pedí esto! —Le entregó la bolsa de papel.

El aura de ira de Astrid se suavizó al detectar cierto aroma dentro de la bolsa y que percibía como algo que había ansiado desde la mañana. Al abrirla, vio que su sentido no la había engañado, era la maldita hamburguesa que había estado deseando desde que se había despertado.

—¡Aiñ, gracias, cariño! —agradeció con un caluroso abrazo a su adolescente marido que se sintió aliviado por haber evitado una catástrofe.

—Esto es tan raro. —murmuró Dagur al ver a la pareja en ese estado.

Al ver estos que aún estaba la visita frente a ellos, se separaron apenados.

La maldición que nos une (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora