Padres primerizos pt 1

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Capítulo anterior

—Papi... ¿tú ya volviste? —preguntó la esperanzada Zephyr asomándose por unos huecos del barandal de la escalera.

—Eh... yo...

Hiccup balbuceó sin saber cómo responder; sin saber cómo decirles la verdad, lo único que pudo hacer fue negar con su cabeza involuntariamente por el miedo que le provocaba esa clase de responsabilidad.

—Hiccup... —le reprendió Toothless con voz baja.

Mientras que Alumini y Stormfly sólo se lamentaron que las cosas se estuvieran dado así, cuando se les pidió que fuera de otra forma. En tanto Astrid, no esperaba menos del cobarde de su enemigo, y animó a los niños a seguir caminando para juntos ir a la cocina, por su parte trataría de cumplir con lo que le tocaba o al menos con una parte de esas tareas, sólo esperaba soportar lo suficiente en lo que encontraba a la madre de esos niños, una idea que aferró en su cabeza, a pesar de la cicatriz y de las fotografías que había visto.

Capítulo 8.

Padres primerizos. Pt 1

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—Vamos niños. Ese sujeto es sólo una persona más que vivirá en este lugar en lo que encuentro a su verdadero padre. —apuró Astrid a los niños para que siguieran caminando.

Detrás de ella, Stormfly y Alumini negaron con sus cabezas.

—Entonces ¿tampoco es mi papá?... se parece mucho a él. —comentó Zephyr mientras bajaba por las escaleras.

—¿Y cómo se llama señorita Astrid? —preguntó Nuffink tomado de su mano.

—Pues yo le digo i...

—¡Se llama Hiccup! —interrumpió bruscamente Alumini por detrás de ella. —Sigan bajando niños.

—También se llama igual que mi papá, y por cierto... ¿tú quién eres? Te vimos ayer, pero ni presentaste, tampoco el otro sujeto de allá. —apuntó la niña a Toothless.

—Ah, como hace preguntas esa niña. —balbuceó Toothless desde su sitio. —Es igual que tú.

La insinuación hizo refunfuñar a Hiccup, quien, para su suerte, Alumini siguió manejando la situación y sólo se presentó, así como a Toothless por lo que eran: sus guías espirituales. Los niños obviamente no entendieron a lo que se refirió, pero siguieron su camino junto con Astrid, Stormfly y ella.

— Anda amigo, más vale que te apures o llegarás tarde al trabajo.

—¿Y qué se supone que tengo qué hacer primero? —preguntó Hiccup perezosamente.

—Pues primero date una ducha rápida, y ten...—le entregó ropa. —Ponte esto, debes ir formal.

El hechicero, aun de malhumor, sólo rodó los ojos, sin embargo, hizo caso, por el simple hecho de que sus actividades no tenían nada que ver con esos niños.

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Mientras tanto en la cocina. Los niños tanto las guías observadoras tomaron asiento alrededor de la mesa redonda que había en el mismo sitio, y dejaron que Astrid se encargara de su primera tarea.

—¿Crees que es buena idea? —susurró Alumini asustada, pues a leguas veía que Astrid no tenía ni la más remota idea de lo que tenía qué hacer, ya que caminaba de un lugar a otro.

La maldición que nos une (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora