La maldición que nos une (TERMINADA)

Hermanos parte 2

Capítulo anterior

—¡¿Papi?" —chilló la niña-

—Zephyr...—suspiró él con alivio al escucharla, aunque no tanto cuando la escuchó llorar. — Mi amor, ¿qué pasó? ¿dónde está tu mami?

—Se... se...se la llevaron... —volvió a decir la niña con dolor.

—Pero... ¿cómo?... ¡¿quién?!

Del otro lado de la línea Zephyr emitió un chillido y con las palabras entrecortadas respondió:

—Sus hermanos...

"¿Qué?... Sus... sus ¿hermanos?" —repitió el incrédulo Hiccup en su cabeza, dejando caer el teléfono por la impresión.

¿Era cierto? No lo podía creer...

¿Camicazi y Fare Hofferson estaban en Berk?

Capítulo 63

Hermanos

parte 2

—¿Papá? ¿Me escuchas? —se escuchó por el auricular la dolorosa voz de Zephyr.

Hiccup reaccionó al escucharla y rápidamente tomó el aparato que había caído sobre su escritorio.

—Sí, cariño... aquí sigo. —le contestó lo más tranquilo que pudo, pero en su rostro aun se podía ver que no había salido de la impresión inicial.

—Mi mamá me dejó su teléfono... me dijo que te avisara...—siguió contando la pequeña con dolor.

—Sí, sí, entiendo... lo hiciste bien hija, ya no llores, no te preocupes...yo iré a buscar a tu mami y la traeré de vuelta a casa, tú por lo pronto ve a tu excursión. Con tus maestros estarás bien. ¿sí?

—¡No! ¡Ya no quiero ir si mi mamá no va! —gritó Zephyr del otro lado. —¡Quiero regresar a casa!

Hiccup gruñó para sus adentros, sabía que le estaba pidiendo demasiado a su hija, pero consideraba que lo mejor era que se fuera a su excursión en dado caso de que la búsqueda de Astrid se prolongara.

—Zephyr, tranquila... por favor. —le pidió él, tratando de ser lo más comprensible posible.

Pero del otro lado sólo podía escuchar los llantos de su niña, aunque luego escuchó como el maestro le pedía nuevamente el teléfono.

—¿Hiccup?

—Sí, aquí sigo Alberick.

—No te preocupes, si quieres puedo quedarme con ella hasta que se tranquilice o esperar a que Astrid regrese, por lo que escuché ¿fueron sus hermanos quienes se la llevaron? —preguntó confundido.

Hiccup tragó saliva.

—Eh... eso parece, pero verás... la familia de Astrid es muy especial, ellos digamos que nunca estuvieron de acuerdo con lo de Astrid y lo mío y...

—Entiendo. —interrumpió Alberick para alivio de Hiccup que no sabía que más inventarse. —He conocido varias familias así, espero que se resuelva su disputa familiar lo más pronto posible porque no estuvo nada bien que hubieran separado a una niña de su madre.

—Sí, lo sé... espero encontrarlos pronto.

—Está bien, no te quito más el tiempo, amigo. Has lo que tengas que hacer.

—Sí, cuida mucho a mi hija, por favor.

Con aquella última petición Hiccup colgó el teléfono, al hacerlo una poderosa ira comenzó a acumularse dentro de él, en especial al rememorar las palabras dichas por el maestro.