El colmo de la paciencia pt2

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Capítulo anterior:

—¿Lo olvidan? —cargó Astrid a Nuffink cuando bajaron todas las escaleras. —Íbamos a comprar los víveres.

—Ush... es cierto. —bufaron con fastidio las guías, al ver que su día estaba lejos de terminarse.

Y no teniendo más remedio, salieron de la casa junto con Astrid y Nuffink.

Para ninguno de los guías, pasó por desapercibido el cansancio del otro, pues en cuanto Toothless cruzó su mirada con su pareja y amiga, rápidamente pudo notar lo fastidiadas que estaban, y ellas también sintieron lo mismo para su compañero.

Un estado de ánimo muy diferente al de los padres que, se veían muy relajados, y de los niños que, a pesar de todo, estaban muy felices.

Capítulo 14

El colmo de la paciencia pt 2.

Guiado por las instrucciones de Zephyr y los guías, Hiccup condujo hasta donde se encontraba el área comercial. Después de unos minutos de trayecto, su destino poco a poco comenzó a ser más notorio, pues los anuncios luminosos y los aparadores de las tiendas destacaban más por la noche.

Hiccup y Astrid quedaron deslumbrados, pues a pesar de ser de noche, las tiendas estaban repletas de personas que se encontraban haciendo compras.

—Se parece un poco al mundo oculto ¿No lo creen? —apreció Astrid mirando por la ventanilla.

—Sí, un poco. —respondió Hiccup tratando de no distraerse de su camino.

—Sí, aunque ahí siempre era igual fuera de día o de noche. —agregó Toothless.

—¿Por qué? —preguntó Zephyr curiosa.

—Bueno pequeña, de dónde venimos, el día no luce tal como en este mundo, es más bien un poco más oscuro, con una iluminación más parecida a un atardecer rojizo, debido a eso los edificios y construcciones siempre se encuentran iluminados

—¡Wow!... debe ser muy bonito.

—Sí, la verdad es que sí. —opinó Alúmini lo mismo.

Continuando con el recorrido, después de dar algunas vueltas, la falsa familia pudo aparcar en un estacionamiento que colindaba con un centro comercial, así como con una tienda de autoservicio.

—Y bien, como acordamos, Hofferson, Stormfly y Alúmini irán a comprar los víveres, mientras que Toothless, Zephyr y yo iremos a ver lo de los celulares y los materiales. ¿Están de acuerdo? —preguntó Hiccup cuando todos los integrantes bajaron del auto.

—En eso quedamos ¿no? —respondió Astrid con su típica frialdad. —Entonces... ¿Nos vemos aquí en dos horas?

—Me parece bien... ¿Toothless, Zephyr? —preguntó a sus acompañantes.

—¡Sí! —exclamaron estos animados.

—¿Disculpen? —se escuchó de repente un tímido susurro.

Tanto los falsos padres como tíos bajaron su mirada para quien había hablado: Nuffink que, un tanto cabizbajo, miró con sus enormes ojos verdes a quienes creía sus progenitores y apretó sus labios contra su boca, incapaz de seguir hablando. 

—¿Qué pasa pequeño? —preguntó Stormfly para alentarlo a continuar.

—Ah...

—¿Ocurre algo hermanito? —preguntó Zephyr preocupada.

La maldición que nos une (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora