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Welcome home!
One - shot (NSFW)

En el apartamento tan solo se escuchaba el leve sonido del café haciéndose. Chuuya se había levantado muy temprano para hacerle desayuno a su pareja, quien había estado de viaje durante dos semanas atendiendo asuntos del trabajo. Definitivamente ayer que regresó de su viaje, ya era demasiado tarde como para darle una bienvenida, además de que se quedó completamente dormido. Sintiéndose culpable, por eso decidió levantarse a hacerle el desayuno.

El castaño aún estaba dormido en su habitación. Había regresado agotado por todo el trabajo que tuvo que realizar y realmente lo único que deseaba era dormir dos días seguidos al lado de su pareja. El único problema es que noto que su pareja no estaba a su lado. Soltando un gruñido, molesto, se levantó de la cama y salió del cuarto a buscar a Chuuya.

El de pelo rojo estaba sentado en la mesa esperando que el café terminara de hacerse, mientras se entretenía balanceando sus piernas hacia adelante y hacia atrás, ensimismado en el movimiento de éstas. Dazai soltó una sonrisa, pensando en lo tierno que se miraba su esposo haciendo eso. Caminó en silencio, observando la escena en frente de él. Hasta que llegó y lo abrazó por la cintura, apegandolo a su espalda.

—Dazai, despertaste—. Sono sorprendido.

—Chuya, tu despertaste muy temprano, quiero seguir durmiendo—. Se quejó enterrando su nariz en el cuello del más pequeño.

—Hm, lo siento, no fue mi intención despertarte. Puedes seguir durmiendo en lo que hago desayuno—. Cerró sus ojos disfrutando de la caricia en su cuello.

—Pero yo quiero dormir con Chuuya—. Murmuró, su aliento chocando con la piel contraria.

—Ah Dazai...tengo que terminar tu desayuno. Yo ayer...bueno, me quedé dormido y no pude darte una bienvenida—. Dijo avergonzado.

—Chu no tienes porque molestarte por eso. Estabas cansado, además hubiera sido más molesto verte despierto a tales horas—. Apretó su agarre en la cintura.

—Pero aún así fui egoísta, supongo—. Susurró.

—No lo fue Chibi—.

Con un suave movimiento, dio la vuelta al cuerpo del ojiazul, ahora abrazándolo de frente, mientras que con su mano desenredaba sus hebras rojizas. Chuuya cerró los ojos, encantado por la forma en que las manos de Dazai se deslizaban por su cabello. Suspiró de placer cuando sintió besitos en su cuello haciéndole cosquillas.

—Espera Dazai...la comida, aún tengo que hacerla—. Trato de escapar.

Pero el castaño hizo caso omiso a lo que dijo y continuo con su patrón de besos por todo el cuello y mandíbula de Chuuya. Éste se encontraba con la cabeza tirada para un lado, dándole más espacio al pelicafé para besar su piel. El pelirrojo soltó varios suspiros de satisfacción. El más alto subía y bajaba sus manos por la espalda contraria, dando cariñitos por todo su cuerpo, haciendo que las piernas del más bajo temblaran.

—¿Me darás mi bienvenida ahora?—. Sonrió socarrón.

—Lo haré—. Murmuró cerca de sus labios.

Dazai atrapó los labios contrarios en un beso lento, saboreando éstos, que no había probado por dos semanas enteras. Las manos de Chuuya se colocaron atrás de la nuca del más alto, atrayendolo hacía él, profundizando así el dulce beso. Luego de un tiempo, el castaño dio un leve mordisco en el labio inferior del ojiazul, haciéndolo soltar un suspiro y abriendo su boca para darle paso a la lengua contraria. Introdujo su lengua, creando una lenta danza con la lengua de Chuuya, ambos disfrutando del sonido acuoso que hacían éstas.

Soukoku: The SeriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora