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But at least the ceiling is very pretty
One-shot (Soukoku 16!)

Los pasillos se extendían en la vista de ambos chicos, no querían decir ni una palabra, ya que eso los haría pelear muy fuerte. Chuuya tenía varios rasguños en su mejilla y Dazai llevaba un pie malo. Estaban en un estado lamentable, y la verdad es que al menos para el pelirrojo, todo había sido su culpa. Eso era en parte la razón por la cual no quería dirigirle la palabra a su compañero, ya que se burlaría y reclamaría que fue su culpa, y sinceramente no quiere que nadie se lo recuerde. Mucho menos él.

El ojiazul tocó suavemente en la puerta en donde se encontraba su jefe, esperando la instrucción que dijera que podían pasar. Cuando se escucho la leve voz del hombre, ellos dos entraron, Chuuya cabizbajo y Dazai como siempre, desinteresado y desafiante.

—Dazai, Chuuya-kun, veo que están bastante golpeados—. Sonrió, de una forma que hacía que el estómago del más bajo se estremeciera.

—Mori-san, todo fue mi culpa—. Confesó Chuuya.

—Uhm—. Asintió—¿Estás de acuerdo, Dazai-kun?—. El castaño sabía la razón de esa pregunta, por lo que entrecerro su único ojo visible, mostrándose reacio.

—No fue culpa de él—. Afirmó sin vacilar.

—¿Qué-... —.

—Fue mi culpa po no calcular bien el tiempo que llevaría hacer eso, además de que no planteé lo suficiente la salida, y absolutamente no creé un plan B. Así que fue mi culpa—. Habló firme, con un ojiazul al lado viéndole incrédulo.

—Bien, Chuuya-kun, te puedes retirar—. Sonrió.

—Pero-... —.

—Vete—. Reprendió su compañero.

—¿Estarás bien?—. Susurró antes de salir.

—Lo estaré—. Murmuró tratando de sonreír lo menos falso que podía.

Chuuya salió de la oficina no sin antes mirar por el rabillo de su ojo, como su compañero se acercaba a Mori. Luego de eso, no sabe realmente qué pasó. Aunque se hacía una idea, por todas esas veces que lo escucho regresar a su habitación, quejándose por lo bajo, y también sintiendo un olor bastante parecido al de la sangre, de lo que Mori era capaz de hacerle por haber cometido un error. Suspiró profundo, sintiendo como todos sus pensamientos se tornaban más y más incoherentes.

Fue tu culpa

Tú le hiciste daño

Si no fueras tan inútil

Si controlaras mejor tus emociones

Si tan solo hubieses dejado de quejarte

Si no fueras tan poca cosa

Si fueras más inteligente

Si no fueras nada más que un maldito estorbo

Chuuya tomó su cabeza entre sus manos, tratando de alejar todos esos feos pensamientos que estaba teniendo, pero cada uno que decía era más cierto que el anterior, según él. Cuando por fin llegó al cuarto, cerró la puerta rápidamente, encerrandose en su habitación, y como siempre hacía cuando se sentía culpable por algo o estaba de mal humor, activó su habilidad haciéndose un ovillo en una esquina del techo. Su mente aún reprochandole que el sufrimiento de Dazai se debía solamente a él.

Pasaron minutos, quizá horas, hasta que Dazai sintió la libertad en sus extremidades ¿Qué había sido esta vez? Ah...solamente unas cortadas y su pie completamente roto, ahora si. De todos modos Mori había tenido la "desencia" de colocarle yeso en su pie y dejar muletas al lado. Se levantó de la silla sintiendo sus piernas flaquear. Oh, como dolía. Dolía mucho. Sin embargo en su rostro solo se veía seriedad, como si no pudiese sentir ninguna otra emoción.

Soukoku: The SeriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora