Soukoku: The Series

47✨

Buttercream
One-shot

Chuuya observaba silenciosamente como Dazai colocaba bálsamo para labios en su boca, con una delicadeza enorme, y sin querer, saboreo sus mismos labios, preguntándose ¿a qué sabrán los labios de Dazai? No se había percatado de sus pensamientos, pues estaba demasiado concentrado en el hecho de que su compañero era terriblemente atractivo, y aún más cuando hacía esas pequeñas acciones de ponerse bálsamo en los labios. Chuuya estaba más que fascinado, estaba perdido en las desbordantes sensaciones que su estómago creaba al ver a Dazai.

Y éste ni se percataba de las miradas que el más bajo le daba, lo cual a veces, le dolía bastante a Chuuya. El quería que su compañero supiera cuanto le gustaba, y quería que supiera que no podía aguantar un día más sin probar sus labios. Sin embargo le parecía misión imposible el confesarle sus sentimientos a Dazai. Más que todo porque no quería dejar de ser cercano a él, y aunque pasaran una vida entera siendo tan sólo amigos, él prefería mil veces eso a perder al castaño. Le dolería en lo más profundo de su alma perder a Dazai. Y más si se trataba de sus estúpidos e inservibles sentimientos por él.

-Chibi, ¿quieres bálsamo?-. Habló el pelicafé, extendiendo su mano.

-¿eh? No, no gracias-. Respondió, confundido del porqué le preguntaba eso.

-Te vi viéndome, así que supuse que querías-. Río, y siguió haciendo lo que sea que estuviera haciendo.

Dazai también intentaba ocultar los crecientes sentimientos por el ojiazul, más que todo porque creía incorrecto el sentir algo por él. Lo cual no era cierto, pero no hallaba forma de convencerse a si mismo de que no quería besar los labios de Chuuya tan pronto como fuera posible. Pero cada vez que lo sentía viéndolo, o que notaba su mirada puesta en él, o cada vez que rozaban sus manos, o sus cuerpos, o cualquier significante movimiento de Chuuya lo ponían nervioso. Al punto de ignorarlo para no tener esa molesta sensación de vértigo.

-Dazai...-. Susurró el pelirrojo.

-¿Hmm, pasa algo?-. Respondió.

-Si te digo que...me gusta alguien, pero esa persona no nota mi existencia...¿Qué me recomendarías hacer?-. Preguntó como indirecta.

Dazai suspiró, sabía muy bien que a Chuuya le gustaba alguien. Y lo más seguro era que no fuera él, eso lo deprimió. Pero logró sonreír como si nada, dándole una respuesta corta como un "No lo sé, yo también estoy pasando por eso, y si te dijera algo te estaría mintiendo".

-Dazai pero...espera, ¿también estás enamorado?-. Reaccionó. No, no podía ser.

-Si...algo así-. Río incómodo.

-Oh...entiendo. Bueno, gracias igual, iré a ayudar a Akutagawa con su tarea-. Se levantó lo más rápido posible de ahí, saliendo disparado a esconderse en algún lugar.

Los dos chicos estaban dolidos. Y tan tontos los dos que no se daban cuenta de quien ambos hablaban se trataba nada más que de ellos también. El día pasó con estos dos sin hablarse ni verse, lo que a sus compañeros les pareció bastante extraño, ya que ellos siempre se la pasaban juntos, y verlos tan distantes era una situación deprimente. Atsushi fue el primero en acercarse a Dazai para preguntarle que le pasaba, sin embargo éste solo respondió con un "estoy bien". Mentiras. No estaba bien. En este mismo instante quería asesinar a quien sea que sea la persona que enamoró a Chuuya. Bueno, no tan exagerado, pero se entendió su punto.