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Dreams
Three-shot
[Pt. 3]

Habían pasado aproximadamente 2 horas desde que el pelirrojo estaba dormido, teniendo millones de pesadillas. Y Dazai, haciendo todo lo posible para despertarlo y que dejara de sufrir en vano, estaba desesperado, no tenía ni idea de que podría hacer para que su compañero dejara de tener esos feos sueños.

Decidió acurrucarse a su lado, a pesar de que conocía que este de seguro le daba una buena patada si se despertaba. Pero era su última opción. Las sábanas estaban frías, aunque él había pasado ya 2 horas postrado ahí, su cuerpo estaba helado. Así que el castaño rodeó su pequeño cuerpo con sus brazos, en un intento de darle calor, cosa que Chuuya sintió, y suspiró.

-G-gracias...-. Susurró aún en sueños.

El pelicafe solo soltó una sonrisa, en sus sueños era débil, siempre se mostraba así. Pero el sabía que el ojiazul era muy fuerte, mucho más que él. Y eso era motivo de envidia por parte del más alto, porque el en el fondo de su alma anhelaba ser como él, fuerte, valiente, leal. Todo lo bueno de él. Pero no podía, al final del día terminaba acobardandose, como era costumbre.

Colocó la cabeza ajena encima de su pecho, dejándola reposar ahí. Mientras que con un brazo acariciaba sus cabellos, de una forma reconfortante, que el otro disfrutaba aún estando dormido, soltando suspiros de placer. Dazai sonrió, al parecer iba a soñar muy bonito.

Yosano entró para ver como se encontraba su paciente, pero al verlos abrazados y dormidos a ambos, decidió que era mejor dejarlos así. Tan solo le dio un chequeo al monitor para comprobar que su ritmo cardíaco y su respiración estaban bien. Y vaya que estaban más que bien, estaban en lo que se dice de perfecto.

Sonrió satisfecha, si bien el pequeño era un mafioso, no iba a prohibirles a los dos su amor. Porque era mucho más que obvio que esos dos se amaban, lo hacían. Luego de esas fachadas de peleas, odio y ganas de matarse, estaban tan solo dos chicos, de 22 años, que se querían y amaban profundamente.

El primero en despertar fue el pelirrojo, asustado al sentir al castaño a su lado, pero el efecto de la anestesia aún estaba, entonces seguía más allá que acá. Tan solo suspiró, luego tendría tiempo para golpear a su compañero, pero ahorita prefería mil veces acurrucarse al lado del más alto, donde se sentía seguro.

Llegada las 12 de la madrugada, ambos abrieron los ojos. Aún que el pelicafe ya estaba despierto. Cuando sintió que el mas bajo se removió, hizo un intento de separarse de él, pero el de pelo rojizo lo impidió. Tomando la excusa de que tenía frío. O sea, si lo tenía, pero la verdad era que quería que el de orbes cafés se quedara a su lado.

-Sabes...Dazai-. Murmuró Chuuya, estaba a punto de decir lo que su corazón pensaba, y no tenía vuelta atrás.

-Chibi, lo que me vayas a decir, no va a cambiar nada, ¿De acuerdo?-. Dijo, ya imaginándose lo que le diría.

-No es eso...tan sólo, quiero que sepas unas cosas...que nunca te pude decir-. Dijo cerrando sus ojos, tratando de mantener la calma.

-Te escucho-. Se limitó a decir.

-El día que dejaste la mafia, yo no estaba aquí, me encontraba afuera de Japón, pero tú...dejaste ese lugar como si nada. Como si no hubiera sido el lugar que te crió. Si, no fue una crianza bonita, ni siquiera es un lugar espectacular, pero...era tu familia. Y nos dejaste, te largaste como si nada, y eso nos lastimó a todos. De un día para otro ya eras una persona de bien, ¿ridículo, no?-. Soltó una pequeña risa-. Aún que a mi, no fue eso lo que me dolió. Fue que, me traicionaras, que me abandonaras luego de prometer que seríamos compañeros por siempre. Se que, yo se que de mi lado habían sentimientos de por medio, y que tú en ese tiempo amabas a Oda, pero...yo siempre te ame. Te ame tanto que logré odiarte. Y luego me odié por odiarte, porque lo único que siempre deseé fue que tú me amarás. Y cada día era una agonía más, ya no sabía que hacer. Al parecer todos olvidaron que te habías marchado, pero yo no podía olvidarlo, no podía. Y mierda...esas jodidas pesadillas seguían vivas en mi mente, pesadillas que solo tú sabías como calmar. Pero, ironía, tú ya no estabas. Te odié tanto, por no estar, que mi corazón se atinó a amarte de nuevo. Y...maldición, no quiero amarte, no mientras sepa que tú no me amas a mi-. El castaño sintió como su pecho se humedecía, pues el más bajo había dejado salir sus lágrimas.

-Chu...se que un lo siento no vale la pena ahora, pero de verdad, perdóname. Yo ya no quería seguir en la mafia, ya no quería seguir haciendo daño a gente inocente. Odasaku al morir me repitió "Quédate del lado de los buenos, protege a los débiles y ayuda a los huérfanos" y es lo que estoy intentando hacer. Yo también me lo cuestioné ¿Podré ser considerado una buena persona? Claro que no, pero podía mejorar, podía ser mejor humano. Podía encontrar una razón por la cual vivir. Chuuya, me siento bien con lo que hago ahora. Y si, me sigo odiando por no haberme despedido de nadie, pero fue mejor así. Estamos mejor así. Y tú y yo...tú y yo podemos...s-salir algún día, solos, y seguir viéndonos, nuestros trabajos no tienen nada que ver, con lo que ambos sintamos. Somos humanos, tan humanos como todos-. Recitó mientras pasaba sus largos dedos por los cabellos cedosos del más bajo, que seguía llorando, pero ahora de alegría.

-Maldito Dazai, eres tan insensible. Invitándome a una cita en medio de todo esto-. Limpió su rostro húmedo-. Pero acepto, salgamos. Quiero...poder empezar de cero-. Susurró esto último.

-Yo también Chuchu, quiero poder amarte como se debe-. Sonrió besando la coronilla de su compañero.

-Bien, ahora quiero dormir-. Dijo haciendo un intento de ocultar su sonrojo, escondiéndose entre el pecho de Dazai.

-Hey..está bien, sueña algo lindo~-. Soltó una risita, sabiendo que el otro se había puesto rojo como una cereza.

-Creeme que eso lindo no serás tu, pedazo de momia andante-. Le insultó.

-Pense que ya lo habías superado, señorito sombrero elegante-. Molestó de regreso.

-Deja mi lindo sombrero en paz. Por lo menos no me veo como una momia-. Respondió aún con los ojos cerrados.

-No soy una momia~-. Se quejó.

-No, pero lo pareces-. Atacó.

-Cállate, no y punto-. Contra atacó.

-Cállate tu, bastardo-.

-No, enano-.

-Crecí diez centímetros-.

-Yo crecí 25-.

-Haz silencio mierda-.

-¿No hace un momento me decías te amo?-.

-No-.

-Lo hiciste-.

-¡Que no, ya cállate!-.

-Eres malo, Chuuya-.

-No-.

-¡YA HAGAN SILENCIO, NO DEJAN DORMIR PUTOS!-. Se escuchó desde el segundo piso del edificio, al unísono, a todos los de la Agencia.

-¡Fue Chuuya!/¡Fue Dazai!-. Gritaron, para luego verse a los ojos, amenazandose.

Luego se hecharon a reír, se sentían como antes. Ambos metidos en problemas, culpando al otro sin razón alguna. Se sentían como cuando apenas tenían 15, sin saber que algún día, lejano, cuando ambos tuvieran 22,iban a seguir siendo así de unidos, así de idiotas, y así de inseparables. Después de todo eran el inolvidable doble negro.

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UFFA PAPA ANDNFNSHDHDNDHDBDBS man esto me recordó mucho a mis vecinos, que nunca se callan en la noche. LITERAL a las 2 de la mañana andan LAVANDO ROPA quien chinga lava ropa a esa hora? BRO ES QUE AJDJDJWJAJ callao mierda, nadie quiere oír su fea lavadora a las 2 de la mañana.

Traducción: cuando quieres matar a alguien así de verdad, pero terminas salvandole su idiota vida de la destrucción total

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Traducción: cuando quieres matar a alguien así de verdad, pero terminas salvandole su idiota vida de la destrucción total.

BoE que se puede decir NAJSJWJAJ ambos al parecer no tienen instinto de supervivencia xd. Lxs amo, ya llegamos a 200 vistas y estoy
🥳✨emocionada✨🥳.

Soukoku: The SeriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora