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Shower neighbor
One-shot

Apartamentos 503 y 504, ninguno de ellos se conocía o se había visto alguna vez. A pesar de que eran vecinos, y lo normal sería verse de vez en cuando, o siquiera darse un pequeño y sencillo saludo como lo era el "Hola". Pero nada, nada de nada, no sabían ni siquiera si era un hombre o una mujer. No sabían que tipo de vecino tenían. Capaz uno de ellos era el criminal más buscado por el FBI y no sabían.

Por suerte, el arquitecto que diseño los apartamentos tuvo que haber sido un romántico desesperado, al punto de que se le ocurrió la maravillosa idea de construir los baños uno a la par del otro, por lo que sus bañeras, quedaban justo a la par, por lo que, quiera o no, traspasaba el sonido. Y siempre a las seis cuarenta y cinco de la tarde, ambos vecinos tomaban una ducha.

—¿Qué música cantaré hoy?—. Se cuestionó un pelicafé listo para prender el Bluetooth de su nueva bocina.—Creo que me iré por Girls de The 1975—. Mencionó, creando la playlist para su dichoso baño.

El chico no tardo más de dos minutos en quitarse la ropa para meterse a bañar, listo para empezar su mini concierto privado, por que pues, era solo para el (y su vecino que escuchaba todo lo que el pelicafé estaba hablando). Por mera curiosidad, el antes mencionado decidió hablar también, para ver que pasaba, y si su vecino se atrevería a contestarle.

—Me pregunto que canciones pondré hoy—. Dijo un pelirrojo, esperanzado por que la persona que estuviera del otro lado le respondiera.

Más solo se escuchó un largo silencio, hasta que la música del pelicafé comenzó a sonar. El pelirrojo sonrió al oír de que canción se trataba, ya que en sus años de secundaria a él le encantaba oír a The 1975. Él también se había metido a bañar, llevándolo a presenciar, al menos con sus oídos, el concierto "privado" de su vecino, que por cierto, hasta hoy, después de dos años de vivir ahí, supo que era hombre.

I know you're looking for salvation in the secular age, but girl I'm not your savior—. Cantó el pelicafé.

Wrestle to the ground—. Siguió el pelirrojo por mera inercia, lo que dejó al pelicafé un tanto confundido, aún así, siguió con la canción.

—Cause they're just girls, breaking hearts—. Sin querer se le salió un gallito al cantar hearts, y estalló en risa, su vecino, por necesidad, también comenzó a reírse.

—¿Acaso tienes quince años como para que se te salgan esos gallitos?—. Río.

—Cállate tengo veinte años cumplidos—. Respondió.

—Como que no muy bien cumplidos—. Sonrió

—Haz silencio, tu te escuchas como puberto de doce años—. Exclamó.

Ambos vecinos se echaron a reír luego de su pequeña conversación, y sin decir nada más, siguieron dándose un baño hasta que se acabó la playlist del pelicafé. Ninguno de los dos dijo nada al terminar de bañarse, por lo que ambos supusieron que el otro ya se había ido de ahí, y cada uno siguió con su vida diaria. Como que si nunca hubieran escuchado un gallito y llamado al otro puberto de 12 años.

Los dos vecinos, sin la necesidad de ponerse de acuerdo, estaban siempre a las 6:45 listos para tomar un baño y hacer dúos en canciones. Ninguno de los dos preguntaba por sus nombres, y la única información que por ahora tenían es que uno tenía 20 años, otro tenía 21, que a uno le gustaba el agua hirviendo y el otro prefería congelada, y que a uno le fascinaba cantar música indie mientras el otro disfrutaba más el rock.

—¿Qué escucharemos hoy?—. Habló primero el pelirrojo.

—Sinceramente hoy no estoy de humor para música—. Suspiró, notándose lo cansado.

Soukoku: The SeriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora