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Corruption
Two-shot (NSWF)
[Pt.2]


La noche había pasado, tranquila y serena, la luna viendo, desde el cielo, como dos amantes eran incapaz de amarse como corresponde. Tristeza invadía el ambiente. El aire frío chocaba con sus rostros, haciendo que cada uno buscara el calor del otro. Terminando así, el pelirrojo entre los brazos y piernas del más alto, y el más alto abrazándolo.

Fueron sus corazones los que se buscaron, dando por hecho que sus mentes negaban aquel acontecimiento. Porque ellos no se amaban. Al menos, ellos no querían aceptarlo.

La mañana había caído como si de una hoja se tratase, fresca y bella mañana para muchos. Pero para ellos dos, quizá no tanto. O quizá...podría convertirse en el mejor día de sus vidas.

El pelicafe fue el primero en abrir los ojos, dándose cuenta de la posición en que ambos estaban, se separo del chico con sumo cuidado, de no despertarlo, soltando un suspiro de cansancio. Dándose la vuelta para recojer su celular, no se percató que un lindo ojiazul lo miraba confundido.

-¿me morí?-. Fue como un buenos días para Dazai.

-Oh, despertaste. No, no moriste-. Habló sorprendido el castaño.

-Que triste-. Fue lo único que dijo, para luego terminar con un-. Hubiera preferido morir a despertar a la par de alguien como tú-. Recogió sus pertenencias y se levantó del suelo. Sacudiendo su ropa.

-Alguien como yo...¿A que te refieres?-. Dijo supuestamente ingenuo el más alto.

-Ya sabes, simplemente tú-. Fue lo único que le dijo.

-¿Eh? Está bien-. Le restó importancia.

-Gracias-. Murmuró cabizbajo.

-¿Por qué?-. Preguntó divertido.

-Cállate bastardo, estoy siendo agradecido por que me detuviste-. Exclamó enojado.

-Oh, eso. Mori me llamó-. Dijo subiendo los hombros, para fingir que era algo nada interesante.

-Lo supuse-.

Luego de su "amena" conversación todo se quedó en silencio. Querían irse, pero nadie se atrevía a dar el primer paso. Nadie tampoco, atrevía a decir lo que su corazón fuerte latía y rugía para que dijeran. Los dos hombres querían acercarse y volver a sentirse. Pero su ego y su orgullo se interponían entre su meta.

Claro está que los dos se aman. ¿Por qué era tan difícil para ellos aceptar eso? ¿Por miedo? Quizá.

El castaño se acercó al pelirrojo, por fin alguien dio el primer paso. Con cautela, aparentando inocencia, tomó de la barbilla al más pequeño, quien echo un manono de nervios, exclamó

-¡Oi sueltame idiota!-. Sonrojado, le dio un golpe en la mano que le sostenía su barbilla.

-Chuuya...-. La forma en que decía su nombre, hizo que perdiera la poca cordura que le quedaba. Dejando salir sus lágrimas, le alegó

-Idiota...me dejaste, ni siquiera me avisaste que te ibas a ir. Te busqué y te busqué, intenté hablarte. Hice de todo porque me aterraba perderte. Me daba miedo que tú...que tú te olvidarás de mi. Fue muy irónico, porque siempre me decías que te daba miedo perderme. Y felicitaciones, lo hiciste. Lo hiciste una y otra vez. No sabes cuanto dolió la forma en que te fuiste sin siquiera decir un maldito adiós. Sin dejar rastro de ti. Nunca...nunca, mierda nunca me habían destrozado tanto como tu lo hiciste. Y te odio por eso, te odio tanto Dazai Osamu. Quiero que te pudras en el infierno, quiero que desaparezcas de mi vida y de mi corazón, quiero que te vayas, atrévete a irte. Mierda, te odio tanto Osamu...te odio-. Dijo mientras lágrimas recorrían sus mejillas sin parar. El castaño, impresionado por las palabras de su ex-pareja, no pudo hacer nada más que mantenerse callado, escuchando los sollozos que el otro soltaba.

Soukoku: The SeriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora