17✨

4.4K 269 208
                                    

Child! AU
One-shot

La Agencia de detectives estaba teniendo un día problemático, que un enemigo atacó por allá, casos sin resolver, Dazai intentando matarse, aún que, eso no era una novedad. Si, la Agencia tenía un día muy movido. Pero la Port Mafia estaban que se morían de un infarto, por el susto, o de un ataque al corazón, por la ternura.

Nakahara Chuuya, ejecutivo de esa misma organización, que de por sí ya era enano, ahora era aún más enano. El jefe no podía creer que una de sus más preciadas joyas ahora era un...niño, un patojo*, un ishto malcriado*, un chiris*. De todo, menos su más preciado tesoro. Y no le molestaba, nadie se resistiría a la belleza de niño que era Nakahara. Pero, mierda, ¿por qué ahora?

La Mafia no sabía que hacer, no sabían si fue a causa de una habilidad o algún tipo de droga, una medicina, o un veneno. Ni siquiera sabían si eso lo podría matar. Tenían que encontrar la manera de volverlo a la normalidad. Pero no sabían como, ni de donde sacar esa información. Porque, lamentablemente, el pequeño pelirrojo iba solo justo en la misión que lo convirtió en niño. Entonces nadie fue testigo de lo que paso.

Para colmo, el pequeño no quería nada, ni a nadie. Tan solo balbuceaba palabras inentendibles, no conocía a la mayoría de personas, quizá solo a los que estuvieron con él nene desde que tenía memoria, pero luego, todo era completamente desconocido para él. Y eso le asustaba, porque tenía miedo de que le hicieran algo en ese horrible lugar. Todo era oscuro y lujoso, nada era normal ahí. Tan solo quería...a cierta persona.

-D-daaa...-. Balbuceo.

-¿Da? ¿Qué pasa Chu?-. Preguntó Kyoyou.

-Quero a Da...Dat...Dax...Dabai..n-no ¿cómo se dice su nombe? Datai...hm, ¡Obamu!-. Dijo emocionado.

-¿!por qué quieres hablar con él?! ¿Por qué el?-. Exclamó asustada la pelirosa, porque de entre todas las personas, tenía que ser el idiota y traidor de Dazai Osamu.

La chica fue a avisarle al jefe, que el pequeño Nakahara solo quería hablar con el castaño. Y por su cabeza pasó la idea de simplemente mandarlo en una caja a la Agencia y ellos resolvieran el asunto, pero eso era muy descarado de su parte. Eran mafiosos, pero sus problemas eran sus propios problemas, no había que darselos a alguien más. Pero, claro siempre hay un pero, ¿cómo pretendían entrar en la Agencia, sin que pareciera que iban a asesinar a medio universo?

No encontraban otra forma de entrar a ese lugar sin que se vieran sospechosos. Hasta que el pequeños niño dio la idea de tan solo llamar a Dazai, decirle la situación y que el viniera por su propia cuenta. Pero el pelicafé no era estúpido, tenía en cuenta que eso podía ser una broma, caer en ella y que al final fuera una trampa para matarlo. Así que demandó que le pasaran a Chuuya, para poder oír su voz.

-Oi Chuuya, si esto es una broma, dejame decirte que no soy un idiota-. Fue lo primero que el niño escuchó.

-¡Dabai! ¡Obamu!-. Se oyó la vocecita aguda del ojiazul.

-Mierda-. Dijo y colgó, cosa que dejó triste al pelirrojo, pensando que el otro chico no quería saber de el.

Pequeñas lágrimas salieron de sus ojos, con amargura, y no dejaban de salir. Todos los que estaban ahí presentes se percataron de los sollozos del pequeño, y trataron de consolarlo, pero no se dejaba. Se iba a una esquina a esconderse entre sus piernas, y lloraba y lloraba.

Pasaron, quien sabe, unas 2 horas, y al fin el castaño había aparecido. Claro, no fue solo, le acompañaba Atsushi y Kunikida. El castaño fue recibido con malos ojos, como no, ahí era visto como un traidor. Pero no le prestó atención a eso, se concentró más en buscar al enano, que parecía no estar en ningún lado, pero alguien le gritó,

Soukoku: The SeriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora