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...

Desperté en mi cuarto al que me fui a dormir muy a regañadientes. No entendía por qué tenía que compartir habitación con Hoyeon, era odiosa. Incluso cuando trató de hablarme, se hacía la amable. Fingía que todo estaba bien como si no fuera insoportable, y como si no me hubiera traicionado millones de veces.

Me vestí y me fui rápido para evitar ver cómo salía de su ataúd, me dirigí a la cafetería donde siempre desayunaba junto a Doyum.

Pasé junto a Sunghoon, que por alguna razón me miraba triste mientras que yo solo le regalaba miradas de odio. ¿Tanto les gustaba meterse en mi vida? A mí me agradaba estar allí por Doyum, era todo lo necesario para que estuviera segura.

Entré a la cafetería y desayuné con él.

...

Cuando salimos, como no tenía amigos allí además de Doyum como pareja, seguí caminando junto a él.
Sin darme cuenta, llegamos a una especie de callejón en el que tenía algún recuerdo borroso que no podía identificar. Tal vez... ¿Yo chupándole la sangre a alguien? No lo recordaba.

- ¿Qué hacemos aquí? - pregunté.

Doyum tan solo sonrió y me hizo darme la vuelta, quedándome contra la pared y él frente a mí.
Empezó a acercarse y por alguna razón tenía miedo.
Él decía que me encantaban sus besos, pero sinceramente comenzaba a dudar de ello por el terror que me transmitía.
Siguió acercándose, y siguió hasta que una presencia se hizo visible detrás de él...

- Déjala. - ordenó.

¿Qué hacía ella ahí?

- Vete de aquí. - le ordené cuando pude verla, ya que Doyum se giró.

- No me iré de aquí. - se acercó, empujando a Doyum por el camino -. Escúchame, este chico te ha manipulado para que creas que me odias. En realidad te gusta Sunghoon, yo lo sé, y tú y yo somos amigas. Te convertí en vampiro. A él ni siquiera le conoces.

Negué, llena de furia -. Tú y yo jamás seríamos eso, y Sunghoon no me gusta. Además, a mí me convirtió mi madre.

- ¡Tus padres te odian, Minyeo! - exclamó -. Todo el mundo allí fuera te odia y teme, los únicos que te hemos aceptado somos los chicos y yo. ¿No puedes recordar nada?

- Deja de inventarte cosas. - ordené cruzándome de brazos.

- Mierda...

- Mi control mental es demasiado fuerte, si crees que lograrás algo. - avisó Doyum.

¿A qué se refería con control mental? ¿Acaso era cierto lo que decía la chica a la que no podía evitar odiar?

De repente, aparecieron tres chicos más. Sunghoon, Jay y Jake.
El último, en un abrir y cerrar de ojos se acercó a Doyum con sus alas desplegadas y empezó a ahorcarlo contra la pared a mi lado.

- ¡Déjalo! - grité mientras corría.

Sunghoon se interpuso en mi camino.

- Jake, déjalo. - pidió dándole la espalda.

Jake soltó levemente su cuello, pero aún lo sujetaba y lo mantenía en el lugar. Sunghoon ocupó su lugar y de igual forma agarró su cuello y lo mantuvo en la pared, elevado a unos pocos centímetros por el agarre y la fuerza que empleaba Sunghoon. Jake se alejó y Jay simplemente observaba con Hoyeon.

𝐅𝐈𝐑𝐄 𝐈𝐍 𝐓𝐇𝐄 𝐀𝐈𝐑 | Park Sunghoon ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora