𝐅𝐈𝐑𝐄 𝐈𝐍 𝐓𝐇𝐄 𝐀𝐈𝐑 | Park Sunghoon ✓

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- Sunghoon, ¿Es esto verdad? ¿Yo era el ángel del que me hablaste? - le pregunté, mirándole a los ojos.

Sunghoon solo sonrió, su sonrisa me transmitía tanto pena como alegría.
Y, por fin, asintió.
Mil cosas pasaron por mi mente en ese momento.

- Tú y yo no lo dejamos, ¿Verdad? Por favor, dime por qué nos maldicieron. - llevaba manga larga, así que posé ambas manos sobre sus brazos.

- Minyeo, ¿Recuerdas todo lo que te conté? - asentí -. Era mentira. No lo dejamos en ningún momento. Como aquello era pecado, una bruja nos maldijo y aquí estamos.

- ¿Cuántas vidas he vivido? ¿Y cuántas junto a tí? - pregunté.

Estaba conmocionada. Sin embargo, debía aprovechar que parecía querer hablar.

- Seis, todas y cada una de ellas junto a mí. En ninguna pudimos acabar con la maldición y no te imaginas lo cansado que estoy de ello.

Entonces, bajé la vista de la vergüenza porque por fin pude comprenderlo todo.
Él estaba sufriendo de la misma forma, no lo tuve en cuenta.
Él también estaba maldito y debía de correr el mismo peligro que yo. Y, lo más importante, vivió esa situación seis veces, me vio morir sin poder salvarme seis veces y se sentía culpable.

Iba completamente cubrido, así que le abracé tan fuerte como pude.
Él tan solo correspondió el abrazo y le escuché retener el llanto, sorbiendo con su nariz.

Sentía su calor, su emoción, aún así me separé relativamente pronto, quería seguir hablando.

- ¿Por qué no me has ignorado, simplemente? - pregunté -. Habrías dejado de sufrir por mí, Sunghoon.

A esas alturas, también quería llorar por el hecho de que estuvo más de cien años sufriendo a mi costa, por mí. Podría haber hecho bomba de humo y desaparecer, desentenderse. Tenía la fuerza y poder suficientes como para combatir a las Imeras que le atacaran y habría vivido más o menos bien.

- Minyeo...

Le costaba hablar, sonreía y apartaba su vista, estaba tímido.

- ¿Qué pasa?

- Te he dicho esto seis veces, en cada vida con otra cara y un nombre distinto, sin embargo, esta es distinta. En esta eres aún más bella que en las anteriores y tu nombre es el más bonito de todos. Eso me hace sentir que es la definitiva y, por muy acostumbrado que esté, no puedo evitar esta timidez. - explicó.

- Sunghoon, ¿A qué te refieres? - pregunté confusa, mirándole a los ojos.

Su mirada conectó con la mía y, aunque no tocaba su piel, sentí cosas inexplicables. Sus ojos estaban aguados, su rostro levemente iluminado por la luna, en medio del bosque, en la oscuridad que él hacía brillar con su presencia... No era la primera vez así, sin embargo, era la más especial.

- Estoy enamorado de ti.

Quería reaccionar alegremente pero, antes, tenía que estar segura de que eso era cierto.

- Se sincero conmigo... ¿Lo estás solo por la maldición?

Negó -. Yo llevo enamorado de tí desde hace más de cien años, Minyeo. - suspiró -. La que lo está por la maldición eres tú...