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...

- ¿Me estás diciendo que van a celebrar una fiesta, y no han podido avisar antes? - pregunté mientras me limaba las uñas, desde que era vampira me habían crecido bastante.

- Eso me han dicho. - respondió Riki.

Él y Hoyeon habían venido a nuestro cuarto a hablarnos del tema, y es que resultaba que el reformatorio iba a hacer una fiesta para celebrar los cincuenta años desde su fundación. En ella, según nos comentó Riki, iban a permitir usar la barra en la cafetería, y el director iba a dar unas palabras además de estar allí con los estudiantes que quisieran ir.

Miré a Sunghoon -. ¿Qué hacemos?

- A mí me da igual. - se encogió de hombros.

De la nada, una presencia se hizo visible a nuestro lado.

- ¿Sabéis qué? ¡Van a hacer una fiesta! - exclamó emocionado.

Era Jake.

- Ya lo saben. - añadió Hoyeon.

- Creo que no iremos. - intervine -. Es decir; menudo aburrimiento. Y además habrá mucha gente.

Jake se veía decepcionado, miró a Sunghoon, que estaba indiferente.

- Dile que venga.

- Tú quieres que vaya mi novia, pero... ¿Te importa que vaya yo? - cuestionó irónico.

- Los dos. - sonrió -. Merecéis pasároslo bien después de tantos líos, muertes y esas cosas.

- Lo normal. - susurré.

...

Al final, tuvimos que acceder. Al fin y al cabo, Jake tenía algo de razón.

Lo mejor en ese descanso que nos estábamos tomando era pasárnoslo bien por un rato.

Ya se habían ido todos y nosotros nos estábamos preparando. Estaba subiendo el cierre de mis botas cuando Sunghoon me preguntó si había algo más por lo que quería ir.

- Licor de manzana. - confesé, haciéndole reír -. No te rías, ¡Es verdad!

- Menos mal que eres un vampiro. - suspiró, levantándose al mismo tiempo -. ¿Vamos?

Asentí, íbamos a salir cuando me paró.

- ¿No llevas tu bolso?

- ¿Para qué? - pregunté con confusión.

- Coge armas, por si acaso.

Tenía razón. Era lo más seguro, sabiendo lo que pasó con el tal Doyum, y que dijo que habría más gente que trataría de matarme.

Me acerqué al escritorio y abrí un cajón del que saqué el pequeño bolso que también llevé al último evento. Abrí otro más, y saqué las navajas que había robado y mi mechero. Lo metí todo en el bolso, me lo colgué del hombro y volví hacia Sunghoon.

Él me dio la mano, sonriente, y salimos de la habitación.

...

Ya habíamos llegado al comedor, igual de despejado que el día de mi cumpleaños, por esa razón se veía muy espacioso. La mayoría de personas estaban por en medio, bailando, o sentados frente a la barra o alrededor. También había un pequeño escenario que colocaron al lado, aunque aún no se sabía por qué.

𝐅𝐈𝐑𝐄 𝐈𝐍 𝐓𝐇𝐄 𝐀𝐈𝐑 | Park Sunghoon ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora